Gerardo Castillo Ceballos, Profesor de la Facultad de Educación y Psicología
Contra el paro, crecer en empleabilidad
En un pasado no muy lejano las empresas se lamentaban de que los candidatos que les llegaban de la universidad poseían exceso de teoría y falta de práctica. Los mismos estudiantes no eran conscientes de esa carencia hasta el momento de abandonar las aulas. Mi preocupación por esa cuestión me llevó a orientar a muchos universitarios y a escribir para ellos un libro casi de autoayuda: “De la universidad al puesto de trabajo”.
Para afrontar ese problema, algunas universidades se valieron de la asignatura del Practicum, y estimularon a los alumnos a “hacer currículum” sin esperar a graduarse.
A pesar de esas innovaciones, muchos estudiantes siguen ignorando que en la actual sociedad del cambio acelerado no basta con “engordar” el currículum sumando actividades y conocimientos; que lo decisivo es llegar a ser una persona “empleable”.
Esa capacitación no se obtiene por la vía de la instrucción, sino de un autoaprendizaje basado en la reflexión sobre experiencias personales de búsqueda de empleo. Es una modalidad de investigación en la acción. Supone aprender tanto de los aciertos como de los errores. Por ejemplo, en una entrevista de trabajo un candidato descubrió un error: la impaciencia por conseguir el trabajo ofertado. Esto último es no darse a valer, al ser interpretado como que se está agarrando a la única posibilidad que tiene, a un clavo ardiendo:
“-¿Cuál es su fortaleza?
-La persistencia
-Gracias. Le llamaremos.
-Mejor espero aquí…”
Quienes consiguen ser “empleables” han aprendido a adaptarse a los cambios constantes del mercado laboral y a lo que las empresas necesitan en cada caso; también saben adoptar estrategias diferentes a las de otros candidatos y así llamar la atención de los los empleadores.
Saint-Mezard define la empleabilidad como la habilidad de encontrar empleo en un mercado laboral en continuo cambio. La persona empleable sabe adaptarse al trabajo cambiante y acceder a sucesivos empleos. Cada trabajador es responsable del desarrollo de su propia empleabilidad.
En un contexto laboral de mucha incertidumbre es determinante la percepción personal de las propias capacidades y saber “venderlas” a potenciales empleadores, haciendo marketing de sí mismo.
Según la Organización Internacional del Trabajo (OIT), la empleabilidad es la aptitud de la persona para encontrar un trabajo, conservarlo y progresar en él. Esa aptitud está integrada por competencias que son transferibles de un empleo a otro.
Quienes se adaptan a los cambios están abiertos a la innovación y saben sacar partido de ella. En cambio, quienes se resisten a evolucionar, son víctimas de su inercia: se sienten dominados por la ansiedad y no rinden en su trabajo. Entre los muchos rasgos de la empleabilidad cabe destacar los siguientes:
-Adquirir una preparación amplia, flexible y diversificada, que permita dar solución a cualquier nuevo problema que se pueda presentar. Las empresas de ahora valoran mucho las habilidades transversales;
-Poseer una competencia profesional derivada del esfuerzo habitual por estar al día. Incluye capacidad para el aprendizaje de nuevas tecnologías;
-Llevar personalmente el control de la propia carrera profesional. Quien conoce y confía en sus capacidades no se sentirá condicionado por factores externos, como, por ejemplo, las crisis económicas que mueven a las empresas a reducir personal;
-Crear una “marca” personal que por su originalidad resulte atractiva a los empleadores y nos permita ser a la vez demandantes y ofertantes de trabajo;
-Adaptar el CV a lo solicitado en cada oferta de trabajo. El mismo CV no sirve en todas las situaciones. Cada caso requiere diferentes competencias, por lo que conviene destacar, las que más proceda;
-Informarse de las características de las empresas con las que se proyecta contactar. Pregunta típica en una entrevista de trabajo: ¿Por qué cree que encajará en esta empresa? (Es muy útil visitar la página web de cada una).
Creo que los argumentos expuestos explican por qué la empleabilidad es una cualidad que está considerada actualmente como uno de los cuatro pilares de la política europea para el empleo: empleabilidad, capacidad emprendedora, adaptabilidad e igualdad de oportunidades.