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La política sin ética genera corrupción

01/02/2022

Publicado en

El Norte de Castilla, El Diario Montañés

Gerardo Castillo |

Profesor de la Facultad de Educación y Psicología de la Universidad de Navarra

«Un político sin prudencia puede precipitarse al tomar una decisión; un político sin ecuanimidad puede errar al actuar bajo la emoción»

Cuál es el problema que más le preocupa de su país? La mayoría de las encuestas revelan
que uno de ellos es la corrupción generalizada. No hay que sorprenderse excesivamente de ello, dado que la corrupción, de algún modo, ha ocurrido siempre, sobre todo en países no democráticos. Como dijo Lord Acton, el poder corrompe y el poder absoluto corrompe absolutamente. Los ciudadanos están preocupados porque saben que la corrupción dificulta el ejercicio de los derechos humanos, lo que agranda las desigualdades sociales. Es un hecho que las medidas legales no bastan para combatir la corrupción. Es necesario, además, actuar en su prevención por medio de una educación que promueva valores éticos en la familia y en la escuela desde edades tempranas.

«Para prevenir la corrupción es fundamental conocer cuáles son los principales factores que la hacen posible»

Para prevenir la corrupción es fundamental conocer cuáles son los principales factores que la hacen posible. Se suelen destacar, entre otros, los siguientes: la tolerancia social hacia una ‘cultura’ de la ilegalidad; la sensación de impunidad derivada de ordenamientos jurídicos que no castigan severamente las conductas corruptas; la falta de leyes de transparencia; la ausencia de valores éticos. La educación en este tipo de valores propicia una postura personal en contra de la corrupción.

Otra medida preventiva se basa en el conocimiento del proceso que suele llevar a la corrupción. Las transgresiones a la moral comienzan con pequeñas faltas que crecen con el tiempo. A medida que se repiten, las normas éticas se van relajando. Quien no actúa como piensa, acaba pensando cómo vive, silenciando así su conciencia moral.

Aristóteles no concebía la política separada de la ética. Afirmaba que quienes aspiren a ejercer cargos políticos deben ser personas de mérito moral, lo que significa estar en posesión de ciertas virtudes. Un político sin prudencia puede precipitarse al tomar una decisión; un político sin ecuanimidad puede errar al actuar bajo la emoción. La política sin ética genera corrupción. Cuando las personas carecen de valores éticos son potencialmente propensas a corromper el poder público haciendo un uso indebido de este. La separación de la ética y la política ha conducido a la humanidad, a situaciones de injusticia y corrupción. 

Varios profesores de diferentes universidades, agrupados por la Cátedra Ethos de la Universidad Ramon Llull, elaboraron en 2012 el primer Código Ético para Políticos. Este código se inspira en el espíritu y la letra de la Declaración Universal
de los Derechos Humanos (10. XII. 1948). Manifestaron que con el código querían recuperar la unión entre ética y política. En el preámbulo se dice que la salud democrática de una nación depende, en buena medida, de la calidad ética de sus ciudadanos y de sus representantes políticos.

El fortalecimiento de las instituciones políticas y su credibilidad depende de muchos factores, pero, substancialmente, de la confianza que sean capaces de generar a la ciudadanía. Esta confianza se gana con buenas prácticas, a través del ejercicio de virtudes cívicas. Se identifican aquí un conjunto de principios que deben regular la actividad política y también aquel conjunto de valores que, más allá de opciones ideológicas, la impregnan y deberán ser comunes a todos quienes ejercen la política. El código propone principios
éticos para el político, entre ellos los que se mencionan a continuación.

Justicia: dar a cada cual lo que le corresponde y buscar en todo momento la defensa de la equidad; respeto: tratar con consideración a todas las personas e instituciones, sin prejuicios ni discriminaciones; servicio: tener una actitud de disposición hacia los ciudadanos y también una visión de conjunto de las necesidades de la sociedad; responsabilidad: asumir las consecuencias legales y morales de las acciones y omisiones pasadas y presentes; profesionalidad: desarrollar la profesión con dedicación y eficacia; transparencia: facilitar el acceso de los ciudadanos sin barreras, a las informaciones de
su interés.

«Existen medidas para prevenir y combatir la corrupción, como, por ejemplo, las que propone Transparencia Internacional España»

Existen medidas para prevenir y combatir la corrupción, como, por ejemplo, las que propone Transparencia Internacional España. Menciono algunas de ellas a continuación.

romover la despolitización de los órganos constitucionales; reducir el número de aforados; prohibir legalmente la posibilidad de conceder indultos por corrupción; disminuir el clientelismo político, reduciendo a tal efecto la cantidad de cargos de libre designación; o prevenir la corrupción a través de la educación de los ciudadanos, fomentando medidas para que en los distintos niveles educativos se introduzcan conceptos y materias relacionados con la ética, los valores, la transparencia y la integridad.