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“Si se engordan 3 o 4 kilos en Navidad no es por las comidas puntuales, sino por excesos durante un mes”

Marta Cuervo, dietista-nutricionista de la Universidad, recomienda no duplicar dulces, calcular los comensales y no saltarse las comidas

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Dra. Marta Cuervo
FOTO: Manuel Castells
22/12/16 11:05 Laura Juampérez

Ante la inminente llegada de las fiestas Navideñas, la Dra. Marta Cuervo, profesora e investigadora de la Facultad de Farmacia y Nutrición de la Universidad de Navarra, destaca que las ganancias de peso en estas fechas “no suelen deberse a excesos de días puntuales, sino a varias semanas e incluso meses en los que se ha abusado de dulces y grasas”.

En este sentido, advierte que “una persona que haya ganado tres o cuatro kilos en un mes deba tomarse otro mes para perderlos, si no quiere caer en problemas de mala alimentación y en el famoso efecto rebote, por el cual tras una dieta inadecuada se acaban ganando más kilos que los que se tenían previamente”.

Por este motivo, recomienda que los excesos en las comidas se restrinjan a los días festivos, no a todo el periodo de la Navidad: “Los supermercados ofrecen productos, como dulces navideños, desde el mes de octubre hasta bien pasadas las fiestas, lo que provoca que algunas personas “celebren” la Navidad durante dos o tres meses”.

Este cambio de costumbres, incide la dietista-nutricionista, hace que lo que serían excesos esporádicos de unos pocos días se convierta en varias semanas de ingestas demasiado abundantes y con muchos dulces y grasas. De ahí, asegura, que la clave resida en limitar las comidas exageradas a los días puntuales de las fiestas: “Y si compramos dulces con antelación, estos deben sustituir a los que comemos habitualmente, no añadirse”. “Es decir”, aclara, “si tomamos una onza de chocolate todos los días como postre, podemos cambiarla por un trozo de turrón. Lo que no resulta conveniente es mantener el chocolate diario y sumarle un trozo de turrón durante toda la campaña de Navidad”.

Otro modo de no alargar las ingestas súper abundantes es no comprar ni cocinar “como si fuéramos treinta cuando somos diez”. Según la experta, “todavía perdura esa idea de que un buen anfitrión, en esta u otras celebraciones, es aquel que prepara tal cantidad de comida que los comensales acaban llenísimos, cuando esto no es nada saludable”.

Aperitivos “verdes” para compartir

Como recomendación para elaborar menús menos pesados, la doctora en Nutrición Humana y Dietética de la Facultad de Farmacia y Nutrición propone aperitivos para compartir, no individuales, elaborados a base de ensaladas, espárragos y otras verduras, que también pueden servir de acompañamiento para los platos principales, como carnes o pescados. “Asimismo, siempre es más conveniente optar por un pescado para la cena y por una carne o un guiso más elaborado para las comidas, con el fin de evitar digestiones demasiado pesadas”. “Y, por supuesto, recurrir a la fruta como postre, por ejemplo en forma de macedonia”, añade.

En este sentido, y aunque subraya que el aceite de oliva es el más saludable, “eso no significa que debamos excedernos en su uso, ya que no deja de ser una grasa”. Lo mismo sucede con la costumbre de saltarse alguna comida en estas fechas: “Esto no resulta nada recomendable, otra cosa es realizar una cena más ligera si la comida ha sido muy abundante, por ejemplo”. 

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