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Una arquitecta navarra en el estudio de Londres de David Chipperfield, premio Pritzker 2023

María Gorostiaga, gracias a su esfuerzo y al apoyo de sus allegados, se aventuró a desarrollar su carrera profesional en Londres, donde reside desde 2019


FotoCedida/María Gorostiaga, arquitecta graduada en la Universidad de Navarra, reside y trabaja en Londres desde 2019 (en la imagen se encuentra en el Somerset House)

31 | 03 | 2023

“Mientras estaba en la carrera, nunca hubiera creído estar donde estoy ahora”. La arquitecta navarra María Gorostiaga responde con sinceridad cuando se le pregunta por su trayectoria laboral. Estudió el Grado en Arquitectura en la Universidad de Navarra, donde surgió su sueño, y, ahora, cuatro años después de haber terminado el máster habilitante en el mismo centro académico, lleva más de dos trabajando en Londres en el estudio de David Chipperfield, recién galardonado con el Premio Pritzker.

“Fue una gran sorpresa cuando David nos envió un e-mail dándonos la noticia. Este galardón no solo supone un reconocimiento personal, sino que, tal y como nos transmitió ese mismo día, también pone en valor toda su trayectoria y el trabajo de la gente que hay detrás. Siento mucha alegría y cierto orgullo por formar parte del equipo y poder vivir ese momento desde dentro. ¡Ahora solo estoy esperando una celebración más oficial!”, cuenta María.

¿Qué le llevó de Pamplona a Londres? Todo comenzó en 2019 cuando, mientras estudiaba el máster, tuvo la opción de realizar unas prácticas de 6 meses en la capital inglesa. Aceptó el reto y se formó en el estudio de arquitectura de Andrew Phillips. “Esta experiencia me ayudó a crecer a nivel personal y profesional. Les estoy sumamente agradecida. Después de las prácticas, me ofrecieron un puesto como arquitecta. La situación en España para los recién graduados no era la idónea, así que me lancé de nuevo a la aventura londinense, esta vez sin fecha de vuelta”, recuerda.

María en el Hyde Park de Londres, ciudad en la que reside desde 2019 FOTO: Cedida

Después de desarrollar proyectos residenciales y de interiores con Andrew Phillips durante un año y medio, se dio cuenta de que necesitaba un cambio. “Londres es el centro de diseño de Europa. Era el momento de trabajar a otra escala y de colaborar con equipos multidisciplinares. Mis profesores Javier Antón y Aitor Acilu me ayudaron a enfocar el porfolio para apostar por un estudio más reconocido a nivel internacional. Finalmente, me contrataron en el estudio de David Chipperfield Architects. Cuando era estudiante, siempre había sido una de mis referencias y nunca me hubiera imaginado que iba a acabar formando parte de su equipo”, explica la arquitecta.

Lleva más de dos años trabajando en el estudio del actual Premio Pritzker y considera a su equipo una gran familia. “Desde fuera, este tipo de oficinas dan mucho respeto por su reconocimiento internacional y por su magnitud, pero en el día a día es un placer trabajar con personas con tanto talento. Hay mucha gente joven y el ambiente es buenísimo. Muchos de mis compañeros son ahora muy buenos amigos. Aprendemos los unos de los otros y, aunque hay momentos de mucha presión, merece la pena”, asegura María.

Sin duda, esta experiencia está impulsando su carrera. Entre otros proyectos, ha colaborado en el paquete de interiorismo de la torre Rolex, en la Quinta Avenida de Nueva York, ya que el estudio ganó el concurso para el diseño del edificio. Ahora está liderando un equipo de siete personas para desarrollar un proyecto de larga escala en el Medio Oriente. “Es un contexto muy diferente al del proyecto de Nueva York y es muy interesante, ya que exige conseguir unos altos estándares de sostenibilidad, algo con lo que el estudio está muy comprometido, en un clima muy extremo. Sin duda, supone un reto”, afirma.

Del trabajo del estudio de David Chipperfield destaca que “siempre buscan la honestidad. Desde las primeras ideas se evitan todo tipo de formalismos y se pone el foco en el proceso más que en ideas preconcebidas de cómo la arquitectura tiene que ser”. “Además, valoro mucho que siempre se ponga por delante el aspecto social o medioambiental. A nivel estético, admiro el trabajo con los edificios existentes, la delicadeza con la que se trata el contexto histórico y cómo se cuida hasta el más mínimo detalle en cada proyecto”, añade.

María es una persona inquieta, pero de momento no se plantea volver a España. “Echo de menos a mi familia y amigos y sé que les gustaría tenerme más cerca, pero quiero aprovechar las oportunidades que me ofrece la ciudad. Nunca dejaré de echar de menos el sol de España y, aunque en un futuro me vea de vuelta, por ahora mi sitio está aquí. Me encanta Londres, es una ciudad muy dinámica, las opciones a nivel cultural son infinitas y es pura inspiración. Pero quién sabe qué me depararán los próximos meses o qué otras puertas se abrirán…”, comenta la arquitecta. María menciona que los arquitectos también pueden aportar mucho en otros campos como el interiorismo, el retail, el diseño de servicios y la moda, áreas en las que tiene además interés profesional. 

La arquitecta tiene claro cuál es el aprendizaje que se lleva de esta experiencia en el extranjero: “Todo es fruto de mucho trabajo y de saber aprovechar las oportunidades. Hay que subirse al tren sin pensárselo dos veces porque nunca sabes si va a volver a pasar. Es muy importante dar lo mejor de ti, ser buena persona y hacer amigos allá donde vayas. Todo el mundo agradece tener ‘personas vitamina’ a su lado, pero también hay que ser persistente y valiente. No siempre es fácil vivir fuera de casa y hay momentos duros, pero la experiencia merece mucho la pena. Sé que dentro de un tiempo recordaré estos años con una gran sonrisa”.

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