Publicador de contenidos

Volver 2014_07_29_voluntariado-peru

Compartir lo recibido durante el año en la Universidad

Un grupo de estudiantes ha viajado a Perú en una actividad de cooperación

Descripcion de la imagen
Las voluntarias trabajaron con más de cuarenta niños. FOTO: Cedida
29/07/14 13:53

Un grupo de 25 voluntarias de los colegios mayores Olabidea y Goimendi han viajado a Perú este verano para colaborar con la labor que desarrolla en el Valle de Cañete el Centro de Formación profesional para la mujer, Condoray, dentro del Proyecto Warmi que desarrollan durante todo el año.

Durante veinte días las voluntarias han impartido clases en el instituto a las alumnas de Secretariado y Contabilidad. Estas sesiones las habían preparado durante todo el curso, con la colaboración de un grupo profesores de la Universidad

Con este voluntariado, se pretende colaborar con la formación de mujeres que trabajarán desde allí para el desarrollo y la mejora del propio país. Es un modo de poner al servicio de los países más necesitados lo que las universitarias reciben a lo largo del año en la propia Universidad.

Pero, además de las clases en el instituto, las voluntarias han trabajado en los poblados de Laura Caller y Roma. Las tareas que han desempeñado allí han sido variadas, desde labores de mantenimiento de los locales hasta la elaboración de un concurso para el cuidado del medio ambiente. Cada tarde, se acercaban al local más de cuarenta niños a los que se les han dado clases de catequesis y valores. Después de esto, se les preparaba un refrigerio (merienda) que para muchos era la única comida que tomaban en el día.

También se trabajó con las señoras del pueblo, a las que se les han impartido sesiones sobre higiene, hábitos nutricionales y formación de valores para la familia. A propuesta de las señoras, se organizó un día un intercambio gastronómico; las señoras del pueblo prepararon un plato típico del país: "causa rellena", y las voluntarias la clásica tortilla de patatas.

Además, uno de los últimos días, las señoras del pueblo organizaron para todas las voluntarias una comida de despedida con espectáculo incluido en el que bailaron las señoras ataviadas con los trajes típicos. Para la ocasión prepararon otras de las especialidades peruanas: "sopa seca" y "picarones".

Antes de terminar la estancia en Cañete, las voluntarias han empezado ya a trabajar el campo de trabajo del próximo curso y en septiembre empezarán a preparar los temarios que impartirán el verano que viene en Condoray.

Ricos de alma y corazón

"El primer día que amanecimos en Cerro Alegre adelantaba la rutina que nos acompañaría hasta el final: el himno del Perú cantado por las niñas del colegio  nos despertaría todas las mañanas. Lo cierto es que la música ha estado bastante presente durante todo el voluntariado ya que en la combi de Julio, que nos llevaba hasta Condoray o Casablanca, nunca dejaba de sonar La Oreja de Van Gogh, como un pequeño regalo que nos hacía todos los días.  Muy pronto nos sentimos como en casa", recuerda Loreto Sáez, voluntaria en el Proyecto Warmi

"Las promotoras rurales nos cocinaron en varias ocasiones platos típicos de allí: la sopa seca, la yuca y la causa. Nosotras exportamos un pedacito de casa con una rica tortilla de patata aunque lo que realmente tuvo éxito fueron las sevillanas que bailamos en cada fiesta de despedida que nos organizaron. 

Asimilábamos lo que vivíamos a medida que pasaban los días y todas las personas que conocimos nos enseñaron algo que necesitábamos aprender. Pero quien de verdad nos dio una lección de fuerza, superación y valentía fue la señora Angélica, que en un par de horas nos dejó bien claro que para ser feliz hay que ser rico... pero rico de alma y corazón."

BUSCADOR NOTICIAS

BUSCADOR NOTICIAS

Desde

Hasta