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"Puede haber una predisposición innata, pero uno aprende a ser guionista"

Eduardo Ladrón de Guevara, guionista de Cuéntame o Farmacia de Guardia, impartió una sesión a los alumnos del Máster en Guion Audiovisual en el que desveló las claves para destacar en el mundo audiovisual

27/11/13 11:47 Irene Pagalday
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Eduardo Ladrón de Guevara, en su coloquio con los alumnos. FOTO: Manuel Castells

Camina pausado, como invitando a charlar a quien se cruza. Sin regatear tiempo, aunque los que le rodean vayan colgados del reloj. Él no tiene prisa. Quién sabe si de la conversación con uno u otro sacará inspiración para alguno de sus personajes. Eduardo Ladrón de Guevara, nacido en Madrid hace 70 años, ha dedicado su vida por entero al mundo del guion. Ha escrito los diálogos de series legendarias como Farmacia de Guardia y Cuéntame Cómo Pasó. Para triunfar ha tenido que trabajar duro, recorriendo pasillos en sus comienzos ("entonces sólo existían los de Televisión Española", recuerda) y llamando a las puertas de los despachos con un guion bajo el brazo; o colaborando en proyectos que él mismo califica como "auténtica basura", pero que han sentado las bases de éxitos posteriores.

Ladrón de Guevara, avalado por su larga trayectoria, compartió sus experiencias con los alumnos del Máster en Guion Audiovisual (MGA) y un grupo de alumnos del grado de Comunicación Audiovisual, con quienes trató de aportar, con humor y sin tapujos, su visión del mundo del guionista.

¿Qué lugar ocupa para usted el guion en una serie o una película?

Es el primer paso, pero nada más. Es como tratar de resolver la cuestión del huevo y la gallina, el huevo es el guion, claro, pero yo creo que el cine y el teatro lo hacen realmente los actores. Con un buen texto y unos buenos intérpretes sale una buena serie, pero un buen texto con malos actores o actrices no va a ninguna parte. El guion es la base de todo, pero depende de los actores definitivamente.

Lo que está claro es que un buen guion es imprescindible, ¿qué necesita un buen texto?

Lo esencial es que los personajes no sean unas marionetas, que sean seres humanos con diálogos reconocibles, y que les ocurran cosas que pasan en la vida real con las que la audiencia se sienta identificada. De ahí que la mayor parte de los novelistas no puedan hacer teatro, porque no saben dialogar bien, utilizan otra mecánica y los diálogos en las producciones audiovisuales son muy importantes, dan vida a los personajes. Cuando lo que dicen no queda creíble, el personaje se cae.

¿Cuáles considera que son las claves del éxito de sus grandes obras como Cuéntame o Farmacia de Guardia?

Principalmente los actores, aunque no quiero decir que los textos no tengan nada que ver. Desde luego los fracasos que he tenido han sido porque estaban mal escritos y además porque estaban mal interpretados.

¿Un guionista nace o se hace?

Yo creo que uno nace con los ojos azules o grandes. Puede haber una predisposición, pero me da la impresión de que esto de ser guionista se aprende. Hay que echarle horas, hay que currárselo, como todo. La formación es el requisito sine qua non.

¿Qué consejos les daría a los alumnos que se están preparando para dedicarse a esto?

Que se cultiven. Tienen que vivir; leer mucho, viajar, enamorarse... Que no pierdan el tiempo, incluso les animaría a estudiar arte dramático para poder ponerse mejor en la piel de los intérpretes.

¿Por qué decidió dedicarse al mundo de la comunicación?

Porque era lo que mas me gustaba, me llenaba de emoción. Cuando pisaba un escenario o un plató tenía claro que quería pertenecer a eso. No tenía ni idea de cómo conseguirlo, pero con mucho trabajo e insistencia he llegado a poder vivir de esto, que es mucho.

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