Los alumnos de la IV promoción del Máster en Estudios de Comisariado del Museo Universidad de Navarra han culminado la asignatura “El comisario y el artista”, con un taller en el que han puesto a un lado el rol de curador para calzarse los zapatos del artista bajo la guía de Daniel Canogar (Madrid, 1964). Durante cuatro días los estudiantes se han aproximado al rol del creador e ideado en grupo sus propias propuestas. Como explica Canogar, el taller, que imparte por tercera vez en el posgrado, “invita a los participantes, futuros curadores, que se pongan en la piel del artista, que se involucren en el proceso artístico y entiendan cuáles son las dinámicas de conceptualización y luego la ejecución de ideas y proyectos”.

Para él, resulta “fundamental que conozcan cuál es el proceso de trabajo para entender este trabajo curatorial. A veces se separa excesivamente los dos campos, cuando realmente también es creativo el trabajo curatorial y el artista debe hacer un trabajo curatorial de sus propios proyectos. Esta es una forma de juntar ambos campos como parte de la misma realidad artística”.

El curso con metodología de taller, se estructuró en cuatro jornadas, con tres partes cada una de ellas. Al comienzo, Canogar realizaba una presentación en la que se trabajaban  distintas temáticas, a partir de su propia obra y de la de otros artistas y fenómenos de la cultura visual. A continuación, se formaban equipos para desarrollar proyectos artísticos express relacionados con las cuestiones planteadas. Se cerraba con una puesta en común de análisis de los resultados, comentando los aciertos, señalando lo que no funcionaba bien y debatiendo sobre el modo de abordar las mismas cuestiones desde las distintas perspectivas de los asistentes.

María Castella Piqueras, alumna del MCS y graduada en Historia del Arte por la Universidad de Granada, destaca que la aportación de este taller ha sido clave para ampliar su perspectiva: “Mi relación con el arte ha sido siempre desde el lado del que mira, del visitante. Descubrirlo desde los ojos del artista ha sido algo nuevo para mí que me ha servido para reafirmarme en una idea: la revalorización del papel de los artistas en la sociedad. El arte no es algo secundario o prescindible, pero es necesario repensar la forma en la que nos acercamos a él”.

Su compañera Celeste Garduño Carvajal, también historiadora del arte por la Universidad Iberoamericana de Ciudad de México y curadora en el centro Tlatelolco de la Universidad Autónoma de México, valora de forma muy positiva la experiencia: “Ha sido increíble poder trabajar y aprender con un artista de alto renombre y recorrido como Daniel Canogar. Nos ha dado la oportunidad de conocer su experiencia y trayectoria, así como de poder conocer uno de los puntos claves para la curaduría y los estudios curatoriales, como lo es el papel del artista”. En este sentido, valora que, “como curadoras en el contexto contemporáneo, una de las tareas imprescindibles es tener la capacidad de interactuar y trabajar con artistas de todo tipo, para lo cual tener una sensibilidad y aproximación hacia su trabajo es fundamental. A veces tomamos una distancia peligrosa con las obras expuestas, olvidando que hay todo un proceso, sensibilidad y conocimientos detrás. Por lo tanto, conocer la otra parte de los procesos artísticos con este tipo de talleres enriquece las prácticas curatoriales y el quehacer de la gestión cultural”.

Sobre la dinámica de taller y las temáticas tratadas, Garduño añade : “El primer día trabajamos el tema de los colores y las perspectivas; el segundo analizamos el concepto de las ruinas. El tercero, el taller giró en torno a las percepciones de lo fantasmagórico. Como cierre y proyecto final, exploramos la temática libre, sobre conceptos, emociones o ideas que nos afectan personal y socialmente en la actualidad. En cada sesión, surgieron creaciones originales, impactantes y potentes, plástica y temáticamente, formando un conjunto artístico del cual todas nos sentíamos parte”.