La Universidad de Navarra ha entregado la Medalla de Plata a 113 profesionales, como reconocimiento a sus 25 años de trabajo en el centro académico; nueve de ellos pertenecen al IESE y recibieron este galardón en un evento celebrado en diciembre en la sede de Barcelona.

Antes de la entrega de medallas se celebró una Misa de acción de gracias en el oratorio del edificio Amigos. El evento se desarrolló en el Teatro del Museo y estuvo presidido por María Iraburu. La rectora tuvo palabras de agradecimiento para los galardonados y sus familias, y les animó a sentirse protagonistas "en la apasionante tarea de proyectar la Universidad de Navarra en los próximos años, teniendo como horizonte el servicio a la sociedad al que está comprometida desde sus inicios".

María Iraburu recordó al segundo gran canciller de la Universidad, el beato Álvaro del Portillo, en el año en el que se cumplen 30 años de su fallecimiento y 10 de su beatificación, y mencionó las tres cualidades que, según él, impregnan la vida de esta universidad: el amor a la libertad, el respeto a la dignidad de cada persona y el afán de cooperación creativa. "El aprecio por la dignidad de cada persona y por su libertad marca también la relación entre colegas y compañeros de trabajo, y crea el espacio necesario para que prospere, de forma natural, ese "afán de cooperación creativa", que se basa en la convicción de que todos necesitamos de todos y de que juntos llegamos mucho más lejos", destacó.

María Iraburu se refirió al impacto que podemos tener las personas en la vida de los demás, cuando nuestro trabajo, engarzado con el de otros, está animado por un deseo sincero de servicio. "En un mundo con muchas oscuridades y con luces confusas que a veces no conducen a ninguna parte, compartimos el reto de iluminar tantos ámbitos de la vida social que necesitan de reflexión serena, de propuestas creativas, de ejemplos convincentes, de una esperanza que abarca todos nuestros afanes ordinarios pero que, en último término, nace de una visión trascendente de la vida humana y de nuestro trabajo en el mundo", dijo.

Gratitud, humildad y luz para futuras generaciones

Ruth Gutiérrez, profesora de la Facultad de Comunicación, habló en nombre de los medallistas.  La gratitud y la humildad, dos virtudes que Chesterton destaca de Santo Tomás de Aquino, patrón de los estudiantes y de la universidad, centraron su discurso. Ruth Gutiérrez tuvo palabras de agradecimiento para familiares y amigos, para colegas y compañeros de trabajo, y para la universidad. "Agradecemos a la Universidad de Navarra, -que no es un "ente" abstracto, sino una magnífica comunidad académica- su dinamismo incorregible, su sorprendente capacidad de mejora y que tenazmente esté orientada siempre a la dignificación de las personas. Que haya confiado plenamente en nosotros para sacar adelante una obra tan noble pone de manifiesto su auténtico cariz", afirmó.

Gutiérrez instó a los galardonados a seguir estando involucrados "en la trepidante misión de la universidad" y a renovar el entusiasmo por servir, "como si fuera aquel primer día en el que cada uno llegó con una maleta muy particular a esta Casa", dijo. "El fundador de la Universidad de Navarra y todos los que nos precedieron iluminaron con su ejemplo y verdad el sendero que hemos recorrido. Ahora nos toca a nosotros, queridos colegas, seguir alumbrando en medio de la tormenta a los que vienen por detrás".