“No podemos escapar de la filosofía: está detrás de cada explicación, también de las psicológicas, incluso del cine”. Así lo afirma Carlos Beltramo, investigador del grupo ‘Educación de la afectividad y de la sexualidad humana’ del Instituto Cultura y Sociedad (ICS) de la Universidad de Navarra, en el marco de la publicación de su último libro ‘Filosofía para psicólogos inquietos’.

Según el experto, la filosofía se encuentra en el trasfondo de las explicaciones sobre todos los aspectos de la vida humana y, por ello, considera esencial que un psicólogo conozca las teorías filosóficas que sustentan a la psicología. “Cuando tienes una mejor idea filosófica de la persona, puedes acoger las novedades terapéuticas, psicológicas, de investigación, etc. sin convertirte en un ecléctico”, señala. Para el investigador, estudiar filosofía permite a los psicólogos expandirse en su campo sin perderse.

Para ilustrarlo, en su libro propone ejemplos del cine y de la cultura pop. En películas como Matrix, por ejemplo, se presenta un problema entre el hilemorfismo de Aristóteles y la división cartesiana radical: ¿la mente se puede realmente separar del cuerpo?

Alerta que debemos ser conscientes de que, detrás de todo producto, siempre hay ideas filosóficas y que, a veces, el cine es un difusor de esas ideas, que al final repercuten en prácticas profesionales como la psicología. “Para poder disfrutar una película, tienes que aceptar sus presupuestos, incluso aunque choquen con el sentido de la realidad”, comenta. El punto es en qué medida ese mensaje influye en las ideas propias sobre la vida, aclara el investigador. Beltramo se reconoce fan de ver películas de fantasía, pero, al mismo tiempo, destaca la importancia de “ir elaborando una concepción clara de la realidad” para evitar imposiciones ideológicas.

Ver a la persona desde la filosofía

Con esta publicación, el experto trata de despertar en los psicólogos la inquietud por saber qué filosofía hay detrás de la psicología de las terapias, investigaciones y docencia. El investigador considera el libro una hoja de ruta para localizar los fenómenos humanos más importantes según la filosofía clásica.

Para Beltramo, uno de los principales conceptos a los que puede aportar la filosofía es al de persona, por ejemplo, a la hora de diferenciar entre el yo y la personalidad.  El investigador expone que un ente se puede describir por sus efectos, pero es necesario ir más allá para poder comprenderlo. Así, lamenta que los psicólogos que se centran solo en las conductas, pero no profundizan en aspectos del ser de la persona, terminan teniendo muchas menos herramientas para comprender su propio campo de acción.

“La idea filosófica de qué es la persona no te limita como psicólogo, sino que te expande”, indica. Asegura que el conocimiento filosófico puede ayudar a comprender alcances y posibles consecuencias de algunas terapias, siendo un factor para tomar mejores decisiones como terapeuta. Finalmente, Beltramo aboga por una reconciliación entre filosofía y psicología para poder dar una mejor respuesta a conceptos como el yo, las emociones, la memoria, el transhumanismo, entre otros.