20000519-[Noticias de la Universidad de Navarra] Según un experto, cada vez más gente padece fotoenvejecimiento

"El fotoenvejecimento es la degeneración de la piel a causa de la luz solar. Lo que no está claro es el espectro de luz solar causante de este proceso: rayos ultravioleta A (UVA), B (UVB), la luz visible... Se manifiesta en la pérdida de elasticidad e hidratación de la piel, la aparición de arrugas, manchas... Y puede degenerar en cáncer de piel".

Así resume el Dr. Pedro Redondo, dermatólogo de la Clínica Universitaria de Navarra, en qué consiste el fotoenvejecimiento, enfermedad tratada en el V Congreso Nacional de Enfermería Dermatológica "Sol y piel", que comienzó el jueves día 18 en la Facultad de Medicina de la Universidad de Navarra.

En los últimos años, en los que tomar el sol se ha convertido en moda e impera la cultura de la imagen, se ha incrementado la solicitud de tratamientos para combatir esta afección, "porque cada vez hay más gente con envejecimiento de la piel debido a la exposición crónica a la luz solar", explica el Dr. Redondo.

"El problema -continúa- es independiente de la edad. En las consultas atendemos a muchos jóvenes con la piel bastante dañada por el sol y, sin embargo, hay mayores con la piel perfecta. El sol produce una atrofia de la piel, que no es sino la disminución del grosor cutáneo debido a este envejecimiento".

Asimismo, advierte de la prevención especial que conviene tener con los rayos UVA: "En ningún momento aconsejamos los rayos artificiales como tratamiento cosmético. Además de los efectos secundarios a largo plazo, suele existir un problema con la calibración. Son tubos fluorescentes que, tras múltiples horas de uso, tienen menos potencia de la que se dice que emiten, por lo que ajustar la dosis real es difícil y nunca se sabe qué dosis se está administrando".

Saber utilizar las cremas protectoras

Así pues, lo mejor para combatir el fotoenvejecimiento es la prevención. "Las cremas fotoprotectoras evitan la atrofia de la epidermis -explica el dermatólogo.- Pero hay que aclarar que usarlas significa evitar efectos secundarios del sol, no tomarlo más creyendo que se está protegido. Diez minutos sin protección pueden equivaler a dos horas con protección. El fotoprotector sirve para prevenir, no para multiplicar el tiempo de exposición".

En cuanto a los tratamientos, actualmente se trabaja con cuatro: los ya clásicos, que son cremas como los retinoides (derivados de la vitamina A) o los productos de vitamina C, los peelings químicos, el resufacing con CO2 y la dermoabrasión.

"Los más fuertes son los peelings -comenta el Dr. Redondo-, consistentes en la aplicación de ácidos sobre la piel. Pueden ser superficiales, medios o profundos. Los superficiales no requieren control médico, pero los realmente eficaces son los medios y profundos". Esta técnica también se emplea para acabar con cicatrices de acné.

El resurfacing con CO2, más conocido como "láser", rejuvenece la piel al destruir las capas de la epidermis y estimular la dermis para que fabrique nuevas fibras de colágeno. Suele ser una buena técnica contra las arrugas.

En cuanto a la dermoabrasión, Socorro Santos, enfermera del departamento de Dermatología de la Clínica Universitaria de Navarra, aclara que "consiste en borrar las lesiones cutáneas mediante un lijado de la piel. Se desprende la dermis superficial y la piel se regenera. Hay que tener cuidado de que no se infecte o cicatrice mal, y se suele aplicar para cicatrices de acné, quirúrgicas, post-quemaduras...".

La enfermera, fundamental para preparar al paciente

El papel de las enfermeras en estos tratamientos dermatológicos es fundamental, porque se encargan de que el seguimiento de las curas sea diario: hay que limpiar la piel con suero fisiológico y prevenir las complicaciones (eritemas, edemas, dermatitis irritativa y pruritos). "Además de controlar el postoperatorio -añade Socorro Santos-, podemos decir que recae sobre nosotras la parte más humana, como conversar con el paciente, dialogar con su familia...".

Y esta "parte más humana" resulta especial en los pacientes aquejados de algún tipo de afección dermatológica, ya que el tratamiento muchas veces puede ser ambulatorio (las personas no son ingresadas tras la intervención). "Se les indican unas pautas que deben seguir respecto a las curas tópicas y posibles complicaciones, lo que implica estudiar a cada paciente, y deducir si podrán valerse por sí solos al realizar esas indicaciones en su casa...", explica la enfermera.

"Además -agrega el Dr. Redondo-, el paciente tiene que estar muy preparado psicológicamente para saber que en unos días no podrá estar presentable ni salir de casa. Con estos tratamientos la piel se quema: la cara se torna roja, se inflama y durante los primeros meses hay que aplicar cremas de protección, para lo que es necesario concienciarse".

Con todo, no hay que olvidar que, para evitar el fotoenvejecimiento, lo mejor es la prevención y, como dice Socorro Santos, "aparte de educar a los niños para que conozcan las alteraciones que pueden provocar los agentes externos en su piel, también hay que cuidar la alimentación, hacer deporte, no fumar ni beber alcohol, evitar el estrés, y sonreír y reír con frecuencia, entre otras muchas cosas".