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'El Barroco, ¿una invención del siglo XX?'

Primera conferencia del curso de verano organizado por la Cátedra de Patrimonio y Arte navarro

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Javier Portús fue el encargado de abrir el Curso de verano sobre el Barroco FOTO: Manuel Castells
17/09/15 09:32 Fina Trèmols

El Palacio del Condestable de Pamplona se volvió a llenar de un público interesado en escuchar a profesionales hablar sobre el Barroco. La Cátedra de Patrimonio y Arte navarro de la Universidad de Navarra iniciaba el curso de verano "El Barroco en Navarra. El placer de  sentir y el gozo de celebrar" con Javier Portús, jefe de conservación de pintura española del Museo del Prado.

Con la conferencia ‘El Barroco, ¿una invención del siglo XX?' el ponente pretendió "no tanto establecer una definición del Barroco, como aprovechar el estudio de lo que con el paso del tiempo ha sido asociado a la idea de Barroco, y así entender mejor el arte del S. XVII  y principios del XVIII".

Para ello dedicó la primera parte de su exposición a comparar diversas obras pictóricas y autores: "Las Meninas" y el "Triunfo de San Hermenegildo", Rubens y Vermeer, un autorretrato de Rembrandt y el retrato de Velázquez, exponentes de distintas interpretaciones artísticas del siglo XVII, unas más poéticas, otras  más retóricas.

El concepto de ‘Historia del Arte' no nace hasta finales del siglo XVIII. La pintura tiene que ordenarse en el tiempo y también en el espacio. "Ahora nos parece evidente -señaló- pero en el XVIII no lo era". Y en consecuencia, en el siglo XIX se intensificará el proceso de creación de museos. Se valoran los primitivos, fundamentalmente los flamencos, y se abre paso a los artistas del XVII que habían supuesto una alternativa a la línea clasicista: Murillo, Rembrandt, Velázquez.

Asimismo ofreció una visión historiográfica del término Barroco desde sus orígenes a nuestros días. Javier Portús prestó una especial atención a Heinrich Wölfflin, crítico de arte suizo considerado uno de los más relevantes historiadores de arte de toda Europa, quien en 1888 estableció dos categorías que corresponden a otras tantas etapas definidas posteriormente: el periodo clásico y el Barroco. Y los define contraponiendo conceptos: así en el Barroco prima el color sobre el dibujo clásico. El arte clásico trabaja en superficie a base de planos que se superponen y son distinguibles entre ellos, mientras que el Barroco busca la fuga espacial.  A partir de esa clasificación formal del término se va llenando de otro tipo  de contenidos. Y en ese contexto nace la pintura naturalista.

El Barroco posibilitó unos géneros nuevos, acordes con la revolución desde el punto de vista pictórico, como el caso del bodegón -pintura vinculada a una sociedad protoburguesa- y el paisaje.

El Arte es algo vivo a pesar del paso de la Historia.

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