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"Durante el doctorado agradecí todas las horas de laboratorio de la carrera"

Javier Cotín (Bio 05) ha desarrollado proyectos de ornitología y conservación en una decena de países. Si consigue el visado de trabajo ahora lo hará en EE. UU.

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Javier Cotín
FOTO: Cedida
09/09/16 14:47 Laura Juampérez

La suya es una historia de lucha constante para lograr su objetivo: dedicarse a la ornitología y conocer a distintas especies a lo largo y ancho del Planeta. Un objetivo que ha logrado con éxito al haber participado ya en varios proyectos en España, Portugal, Reino Unido, Noruega, Galápagos, Australia, Seychelles, Costa Rica, etc.

Desde una perspectiva internacional, detalla en esta entrevista su visión sobre el trabajo de los biólogos ambientales, sus retos y próximas metas.

- ¿Qué te ha aportado tu formación como biólogo en la Universidad de Navarra en el desarrollo de tu carrera profesional?
La Universidad de Navarra tiene un gran nivel lectivo y nos ha formado rigurosamente. Se notaba la diferencia especialmente con otras universidades europeas. Nuestro nivel de conocimientos era superior.

Javier Cotín

- Durante la carrera, ¿te orientaste ya hacia lo ambiental?
Desde los 10 años sabía que me apasionaban las aves y que quería dedicar mi vida a su estudio. Así que desde el día uno de comienzo de la carrera escogí todas las asignaturas ambientales. Aunque siempre quería pasar el día en el campo, nunca descuidé el laboratorio. Muchas veces teníamos que volver a analizar las muestras. El laboratorio era una parte muy importante del biólogo de "bota" o de campo. Esto lo agradecí durante el doctorado, cuando después de los meses de trabajo en el campo con las aves pasamos muchos meses en el laboratorio haciendo análisis de metales pesados e isótopos estables.

- Tu experiencia profesional, ¿comenzó con las prácticas? ¿Y cuándo participaste por primera vez en un proyecto internacional?
Realmente a los 16 años ya participé en un estudio de aves migratorias en el Parque Nacional del Delta del Ebro y el Parque Nacional de Doñana. El salto internacional lo di en 2003 con las prácticas de empresa - tramitadas gracias a mi tutor, el profesor Rafael Miranda-. Las realicé en Fair Isle, una pequeña isla perdida entre el archipiélago de las Shetland y de las Orcadas, donde pude estar un mes trabajando en las colonias de aves marinas. Una experiencia inolvidable sin lugar a dudas. Luego ya continué con el erasmus en Tromsø, Noruega, donde realicé el trabajo de máster sobre el patrón migratorio del Pechiazul en el Parque Nacional de Dividalen.

- ¿Cuáles han sido tus principales proyectos?
Después de la licenciatura realicé el doctorado en la Universidad de Barcelona, usando las aves como bioindicadoras de contaminación en ecosistemas acuáticos y terrestres. Continué con proyectos de conservación e investigación en diferentes partes del Planeta -Europa, Australia, Seychelles, Costa Rica, Islas Galapagos, etc-, tanto para universidades, como para ONGs y empresas privadas. Mis proyectos favoritos han sido el estudio del Forty-spotted Partalote en Tasmania para la Australian National University (para el cual llegamos a escalar con cuerdas y arneses eucaliptus de más de 70 metros de altura) y el trabajo con Golondrina de Galápagos, Cormorán no volador y Pingüino de Galápagos, para la Estación Científica Charles Darwin, en el archiconocido archipiélago de las Islas Galápagos.

Justo este mes acabo de terminar un trabajo como experto en ornitología y naturalista para Lindblad Expeditions y National Geographic. Ahora espero el visado para mudarme a Colorado (EE. UU.) y trabajar como coordinador de proyectos ornitológicos en una organización basada en ese país, pero que trabaja, investiga y organiza eventos de índole ornitológico en Canadá y en varios países de Centro y Sudamérica. Lo que realmente me apasiona es la conservación e investigación aplicada de aves en peligro de extinción.

- El perfil ambiental, ¿es un perfil de futuro o de presente para los biólogos?
El perfil ambiental es muy vocacional y nunca ha sido fácil, especialmente a día de hoy. Bastantes de mis amigos, apasionados como yo por el campo y sus maravillas, no pueden dedicarse plenamente a ello. Lamentablemente abundan muchos proyectos que realizan el trabajo de investigación por medio de voluntarios, en los que muchas veces ni siquiera se cubren los gastos de desplazamiento. He visto muchas ofertas dirigidas a voluntarios a pesar de pedir un perfil alto del científico (varios años de experiencia, conocimientos específicos, etc.). A pesar de todas las dificultades la labor de los biólogos es tanto apasionante como necesaria, y no existe nada mejor que trabajar en lo que realmente te apasiona.

- ¿Cómo ves tu futuro profesional a corto/medio plazo?
Como comentaba, estoy pendiente de irme a Estados Unidos, a seguir trabajando en la conservación e investigación de las aves –aunque todavía debo lograr el visado-, y seguir explorando los lugares más remotos del planeta Tierra con Lindblad Expeditions y National Geographic. Dentro de unos años me gustaría ser docente en alguna universidad. Especialmente en la mía, la Universidad de Navarra. Una vez que haya recorrido el planeta Tierra, aprendiendo de la fauna y las aves que viven en él, no podría pensar en nada mejor que ayudar en la formación de las próximas generaciones de biólogos en la Universidad en la que yo mismo aprendí.

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