2016_02_09_ENF_raquel_gonzalez
"Gracias a la formación en la Universidad una sabe que todo se puede cambiar a mejor en cualquier lugar en el que ejerza"
Raquel González (ENF'00) ha trabajado como profesional de la enfermería en todo el mundo
Raquel González se graduó en Enfermería en la Universidad de Navarra en el año 2000. A lo largo de los últimos quince años ha ejercido en países como Italia, Camerún, Inglaterra, Holanda o Angola, entre otros; y se ha formado en instituciones de prestigio como Oxford Brookes University, London School of Hygiene and Tropical Medicine, Kings College London University o London School of Economics. Voluntad, automotivación y un enfoque holístico de la enfermería definen su modo de entender la profesión. En esta entrevista hace un repaso a su trayectoria y explica el papel clave de la enfermera en el sistema sanitario.
Tus comienzos tienen lugar en Italia y más tarde te marchas a Barcelona donde trabajas durante varios años. ¿Qué ocurre después?
Gracias al Colegio de Enfermería entro en contacto con la cooperación internacional y viajo a Camerún. Allí compruebo lo duro que es trabajar en esos lugares donde te encuentras muchas veces en medio de la selva sin médicos, ambulancias y sin equipamiento de ningún tipo.
No obstante, esas carencias te animan a formarte más. ¿Qué haces en ese momento?
Me marcho a Inglaterra donde estudio para ser matrona en Oxford Brookes University y luego Medicina Tropical en la London School of Hygiene and Tropical Medicine. Después, paso una temporada en Holanda y otros cinco años trabajando como matrona en The Royal Free Hospital. Más tarde, en Kings Collage London University me formo como "Consultora Internacional en Lactancia, especialización en cuidados del sida para embarazadas y normalización del parto".
Así, hasta que te unes a Médicos del Mundo para un proyecto en Angola…
Sí, en esta organización me uno a un proyecto que trataba de reconstruir una infraestructura sanitaria. Mi labor era coordinar y poner a punto hospitales y centros de salud, formar a los trabajadores, ayudar y aconsejar a las universidades en materia de docencia, implementar protocolos de salud y mejorar la gestión sanitaria en conjunto con el departamento de salud de la zona. Entre tanto, tratando de entender cómo organizar nuestros servicios de manera eficiente, realicé un Máster sobre Financiación de Sistemas de Salud, Economía y Política Sanitaria en London School of Economics donde finalmente realicé mi tesis doctoral. Fue entonces cuando conecté con la Organización Mundial de la Salud y empecé a colaborar con ellos en el departamento de Salud Maternal, del Recién Nacido, Infancia y Adolescencia.
Tras tantos años ejerciendo en países distintos, ¿cuál crees que deben ser las cualidades de la buena profesional de la enfermería?
Creo que una característica importante es la ejercitación de la voluntad y la automotivación para estar al día sobre las últimas investigaciones y al mismo tiempo, ser "mañosa" para saber cómo adaptar estas innovaciones en nuestra práctica diaria. Asimismo, es necesario tener momentos reflexivos sobre cómo nuestras intervenciones pueden afectar al paciente o al sistema de salud. Por último y más importante, trabajar en empatía y dar cuidados holísticos para que nuestros pacientes puedan recibir el apoyo necesario a nivel afectivo. No hay que centrarse solo en la cura física, hay que invertir el doble en el apoyo humano y psicológico cuando es necesario.
Entendida así, la enfermería juega un papel muy importante, ¿por qué?
Porque somos el único profesional que puede cubrir campos y puestos tan diversos a nivel sanitario. Tenemos capacidad incluso de unificar con nuestra experiencia las diferencias existentes entre las unidades de gestión y el trabajo de calidad ofrecido de primera mano al paciente. Este conocimiento y práctica puede ser utilizado para modificar protocolos de salud a nivel hospitalario y nacional.
¿Ocurre igual en los países en desarrollo?
Sí, es la pieza clave cuando ha habido carencias en el sistema sanitario. Su rol de clarificar, proveer información y pasar 24 horas al día con el paciente han podido evidenciar en muchos casos que estos profesionales salvan vidas. En esos países, su rol y peso profesional puede ser más importante al adquirir mayores responsabilidades.
Has podido trabajar en países en desarrollo y en el primer mundo pero, ¿qué te ves haciendo en el futuro?
Estoy interesada en programas de colaboración entre universidades y sistemas de salud a países en vías de desarrollo, desde proyectos de intercambio profesional, colaboración a la formación de enfermeras y matronas y trabajo en conjunto para promover la investigación en enfermería en distintos contextos socio-culturales. Además, sigo interesada en temas de consultoría internacional, así como en seguir apoyando de manera práctica sobre el terreno. Finalmente, también me he planteado realizar mi propio estudio de investigación sobre temas relacionados con matronas.
¿Hay algo de lo que aprendiste en la Universidad que te haya servido de especial ayuda o de lo que te hayas acordado especialmente tiempo después al ejercer la profesión?
La calidad teórica, práctica, ética y humana se queda impregnada más de lo que uno es consciente. Gracias a esta formación una sabe que todo se puede cambiar a mejor en cualquier lugar en el que ejerza. La Universidad te enseña a trabajar en equipo con respeto y colaboración para mejorar la salud del paciente y de la sociedad. Esto pasa desapercibido cuando empiezas a trabajar pues lo das por hecho en cualquier práctica profesional, pero es algo que enriquece como persona y te diferencia como profesional al cabo de los años.
Teniendo en cuenta los desafíos del mundo actual: globalización, aparición de enfermedades tropicales, avances en la medicina,… ¿Qué consejo les darías a personas que están actualmente estudiando Enfermería?
Hoy en día las enfermedades no entienden de fronteras, las carencias en los sistemas de salud y la falta de enfermeras o matronas en distintos países afecta a la salud pública de estos y a la salud global. La enfermera del futuro tendrá que atender las necesidades culturales, holísticas y asistenciales que se derivan de estas carencias o de movimientos migratorios. La virtud de la tolerancia será un fundamental. Deberemos defender una sanidad de calidad mundial. Evitar la mala praxis o los gastos innecesarios o superfluos serán parte de nuestro día a día. Finalmente, la cooperación global formará parte de nuestra práctica habitual.