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María Soto Núñez (Bioquímica 15) ha recibido el premio extraordinario que otorga la Facultad de Ciencias al mejor expediente del Grado de Bioquímica. Echando la vista atrás, esta graduada -comprometida con la investigación, según confiesa- confirma que hasta los momentos duros tienen su recompense “para intentar aportar un pequeño granito de arena al avance de la ciencia y de la sociedad”.

- ¿Cómo has recibido el reconocimiento del premio extraordinario de Grado?
Que me concedieran el Premio Extraordinario de Grado fue una verdadera sorpresa para mí. Sabía que tenía buen expediente, pero no imaginaba que estuviera entre los candidatos y menos aún que quedaría en primer puesto, ya que mi promoción tenía mucho nivel.

Conseguirlo me ha dado energía para continuar mi formación académica y desarrollar nuevos proyectos profesionales. Además, simboliza la dedicación de estos años y me permite agradecer a mis padres la confianza que han depositado en mí.

- ¿Hay algún secreto para obtener esos buenos resultados en un grado tan exigente?
En primer lugar, sentir pasión por la ciencia. En mi caso particular, por la investigación biomédica, que me llevó a elegir el Grado de Bioquímica. En segundo lugar, estar motivado, no conformarse y perseverar. Bajo mi punto de vista son ingredientes indispensables para esta profesión, en la que hay que comprometerse con las metas que te marques.

- ¿Hacia dónde vas a dirigir ahora tu futuro profesional?
En este momento continúo mi formación con el Máster de Investigación Biomédica en la Universidad de Navarra. Este posgrado me va a permitir especializarme en Oncología. Al terminarlo voy a aplicar mi solicitud para realizar un doctorado con mención internacional, probablemente en algún centro de investigación en Madrid.

Una vez que realice la tesis me gustaría continuar con una investigación post-doctoral. Todo ello para dedicar mi vida profesional a la investigación biomédica, e intentar aportar mi pequeño grano de arena a la ciencia, cuyo avance mejora la salud y calidad de vida de las personas.

- ¿Qué ha sido para ti lo mejor y lo más duro de haber cursado el grado en Bioquímica?
Cada año contó con momentos memorables. Un recuerdo muy especial fue el paso por el Centro de Investigación Médica Aplicada (CIMA) durante los dos últimos años de carrera, gracias al “Research Training Program”. Fue mi primera experiencia en un laboratorio. Allí descubrí la dinámica de la investigación biomédica.

Aunque también hubo momentos duros: compaginar las clases teóricas y las sesiones prácticas, con el trabajo diario y personal, a veces era difícil, pero la recompensa siempre merecía la pena. Las épocas de exámenes resultaban agotadoras. En todas había alguna asignatura que se lleva el récord en complejidad. Aun así, los periodos más difíciles se hacían llevaderos con el apoyo y el ánimo de la familia y los amigos, que al final se acabaron empapando de la Bioquímica también.

Como decía Ray Bradbury (escritor estadounidense de ciencia ficción), “El mejor científico está abierto a la experiencia, y ésta empieza con un romance, es decir, la idea de que todo es posible”.