"El Camarín de la Virgen de Aránzazu, además de ser uno de los pocos ejemplos de esta tipología conservados en España, es una obra excepcional dentro del panorama de la platería guipuzcoana, tanto por la calidad de su trabajo y su tipología, como por su autor, José de Legarda, uno de los maestros más originales del siglo XVIII guipuzcoano". Esta es la valoración de Ignacio Miguéliz Valcarlos, autor de una tesis doctoral sobre "El arte de la platería en Guipúzcoa", realizada en el departamento de Historia del Arte de la Universidad de Navarra bajo la dirección de la profesora Concepción García Gaínza.

Ignacio Miguéliz ha dedicado varios años de estudio a los plateros guipuzcoanos de los siglos XV al XVIII y ha catalogado 1.900 piezas. Para el nuevo doctor, en el siglo XVI se crearon las obras de mayor valor artístico de la platería guipuzcoana por su "originalidad y carácter propio, ya que a partir del siglo XVII van a seguir los mismos postulados que el resto de talleres peninsulares". Sin embargo, según explicó, "se ha conservado un mayor número de obras de los siglos del barroco, sobre todo del XVIII, cuando se produce una explosión tipológica, con un gran número de ejemplares nuevos y piezas procedentes de talleres foráneos, sobre todo americanos".

Obras que figuran en museos

El trabajo de investigación incorpora la biografía de 131 plateros guipuzcoanos, de los que hasta ahora no se sabía nada, salvo el nombre de una veintena relacionados con su marca en alguna pieza. En el catálogo figuran, además, otros 44 plateros de talleres foráneos, principalmente de Álava y Navarra, que aparecían recogidos en la documentación consultada.

Entre los artistas, el autor de la tesis doctoral manifiesta que se pueden destacar, bien por las noticias que de ellos se conservan y que indican su relevancia o bien por la obra conservada, a Juan de Zornoza y Andrés de Loidi en el XVI; Pedro de Liñán, Diego Luis de Zirartegui, Francisco de Iturbide o los Arenas en el XVII; y Diego de Altuna, José de Legarda o los Aldaco en el siglo XVIII.

En cuanto a las obras, un 90% es de tipo religioso, aunque se incluyen obras civiles donadas a iglesias y conventos y algunas que figuran en museos de San Sebastián, Madrid y Londres. Ignacio Miguéliz ha localizado también el diseño original de dos joyas encargadas por un noble guipuzcoano.