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“Los planes de Dios son distintos para cada uno”

Natural de El Salvador, Luis Enrique Valle tiene 25 años y es estudiante de último curso del Bachiller en Teología en la Universidad de Navarra

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Luis Enrique Valle tiene 25 años y es estudiante de último curso del Bachiller en Teología en la Universidad de Navarra. FOTO: Chus Cantalapiedra
04/04/19 11:12 Chus Cantalapiedra

Le encantan los paseos en bicicleta, el voleibol y las bandas sonoras de las películas. Gran devoto de Santa Teresa de Lisieux, del Santo Cura de Ars, de San Óscar Romero, de Santa Teresa de Jesús y del beato Álvaro del Portillo. Tranquilo y ordenado. Así es Luis Enrique Valle, el menor de tres hermanos de una familia de origen salvadoreño. Tiene 25 años y es estudiante de último año del Bachiller en Teología de la Universidad de Navarra.

Llegó a Pamplona hace cinco años, el 30 de agosto de 2014, por la noche y con otros tres compañeros más, todos ellos dispuestos a prepararse para ser sacerdotes. “Me llamó mucho la atención el cuidado que recibimos tanto en el Colegio Mayor como en la Facultad. El ambiente es muy acogedor y me siento como en casa”, asegura.

Recuerda que su vida empezó a cambiar la primera vez que vivió una Semana Santa “a fondo”. Tenía 13 años y fue en la localidad de Cantón El Jardín, al norte de San Salvador, donde acudió motivado por un primo suyo.

Al volver del viaje comenzó a asistir a las celebraciones de su parroquia. Allí se reencontró con un amigo de la infancia que era monaguillo. Comenzó a colaborar y a sentir admiración por la figura del sacerdote. "Era un párroco nuevo. Veía cómo atendía las necesidades de las personas y cómo vivía el sacerdocio. Yo quería ser como él”, relata.

Cuenta que un año antes de finalizar el colegio ya tenía claro cuál sería su camino: quería ser sacerdote. “Aunque me costó especialmente contarlo en casa”, explica. Siempre le había gustado la contabilidad e incluso de pequeño los profesores le decían que sería un buen contable. “Pero los planes de Dios son distintos”, señala.

Tras un año y medio estudiando Filosofía en el seminario, el obispo de su diócesis le propuso venir a estudiar Teología a la Universidad de Navarra. El pasado mes de febrero, después de cinco años de formación, se ordenó diácono y, si Dios quiere, se ordenará sacerdote cuando vuelva este verano a El Salvador.

Se muestra infinitamente agradecido a Dios por todo lo que ha podido aprender tanto en la Facultad de Teología como en el Seminario Internacional Bidasoa, donde reside. También por todo lo que ha recibido de sus formadores y profesores, por la dedicación del personal de la Universidad y los amigos que ha hecho aquí. Y asegura que se lleva como especial regalo las convivencias en Fátima en las que hizo voluntariado con personas con discapacidad y el viaje a Ars con sus compañeros del Seminario.

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