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Mariana Zúñiga, del Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (México), ha participado en una actividad de la Universidad de Navarra (España) celebrada en la Universidad Panamericana (Campus México). Ha presentado la ponencia ‘Visión, legislación y práctica educativa en México’, en la que ha mostrado los avances del Plan Nacional para la Evaluación de los Aprendizajes (Planea) que evalúa a alumnos de sexto de primaria y tercero de secundaria.

Zúñiga ha sido una de los 25 expertos de México, Colombia y Argentina que han asistido a la jornada del proyecto ‘Investigar y promover la educación del carácter en escuelas de secundaria de Latinoamérica’, una iniciativa conjunta del Instituto Cultura y Sociedad y la Facultad de Educación y Psicología de la Universidad de Navarra, que cuenta con financiación de Templeton World Charity Foundation.

¿Cuál es la importancia de la educación del carácter (o educación moral) en la enseñanza secundaria?

La educación de carácter o las habilidades socioemocionales son importantes por sí mismas, pero también son necesarias para mantener un ambiente de cordialidad y sana convivencia. Su alcance no es solo la escuela y la educación básica, sino también plantea la adquisición de aprendizajes para la vida adulta, la familia y el trabajo. En síntesis, podemos decir que son fundamentales para el desarrollo y el bienestar de las personas.

¿Cómo puede ayudar la educación del carácter o habilidades socioemocionales a evitar las desigualdades entre los adolescentes?

Que los estudiantes adquieran habilidades socioemocionales posiblemente ayudará a disminuir las brechas en el nivel del logro entre los que tienen más y los desposeídos, pero no es la solución de todos los problemas de desigualdad e inequidad del Sistema Educativo Nacional. La educación de carácter o las habilidades socioemocionales impactará de forma indirecta en el combate de desigualdad y la inequidad debido a que prepara a las personas para afrontar y sobrellevar los problemas de la vida, ya sean económicos o familiares, por mencionar algunos.

Actualmente se le está dando un peso importante a estas habilidades porque se consideran esenciales para la vida y piezas clave para adquirir otros aprendizajes. En México, el Plan Nacional para la Evaluación de los Aprendizajes (Planea) no solo contempla medir el nivel de desempeño y el contexto escolar, sino también se está comenzando a evaluar las habilidades socioemocionales de los alumnos.

¿Qué hay que tener en cuenta para evaluar las habilidades socioemocionales y la desigualdad?

Cuando se habla de desigualdad, se está hablando de la necesidad de atender la diversidad de condiciones y necesidades de los alumnos, profesores y de las escuelas en todo el país. Una parte importante para mejorar la distribución de los recursos es tener información pertinente que dé cuenta del estado educativo de las escuelas, es por ello que las evaluaciones nacionales de los aprendizajes son una herramienta esencial.

Además, la educación de carácter o las habilidades socioemocionales están muy ligadas al derecho a aprender y a la calidad de la educación. Este derecho marca que las escuelas deben adecuarse a las condiciones específicas de su población escolar, los alumnos deben sentirse seguros, respetados, aceptados por la escuela y lo que se les enseña debe coincidir con sus intereses, pero sobre todo les debe ser de utilidad para la vida. Si estas condiciones no se dan, difícilmente los alumnos mejorarán sus habilidades socioemocionales.

¿Cuál es el estado actual de las escuelas mexicanas en desigualdades y logros?

Las desigualdades en el logro educativo se evalúan a través del tamaño de las brechas existentes a distintos niveles y entre grupos. Las desigualdades se han medido durante los últimos diez años con las brechas en el nivel de logro de Español (Lengua castellana) del 2005, 2008 y 2012 que presentaron los estudiantes de secundaria en los Exámenes de Calidad del Logro Educativo (EXCALE). Los resultados de las tres evaluaciones mencionadas mostraron que las telesecundarias, caracterizadas por ubicarse en zonas rurales y que muchas veces no cuentan con la infraestructura necesaria, son las que presentan la brecha más grande con las escuelas privadas.

Otra forma de analizar la desigualdad en el logro educativo es a través de los porcentajes de alumnos que se ubican en cuatro niveles de desempeño ­(N1, N2, N3, N4). Estos niveles son acumulativos, es decir, aquellos alumnos que adquirieron los aprendizajes de un determinado nivel poseen, de igual modo, los del nivel anterior. Como ilustración están los resultados de primaria de Planea 2015, en donde se mostró que las escuelas indígenas cuentan con un 80% de sus estudiantes en el nivel de logro uno, que es el más bajo, mientras las privadas tienen un 13.3% de sus estudiantes en dicho nivel. Lo anterior señala que la mayoría de los estudiantes de escuelas indígenas tendrán serias dificultades a lo largo de su trayectoria escolar. Gracias a estos resultados, es posible darse una idea general de la tendencia a futuro del logro educativo de los alumnos.

¿Cuáles son los retos de este aspecto de la educación para fomentar los logros escolares?

El primer reto es lograr medir la educación de carácter y sus componentes de forma veraz y adecuada. Por ser un término amplio y con distintas definiciones, delimitar las dimensiones que lo componen y conceptualizarlo es una tarea compleja.

El segundo reto sería hacer inferencias sobre su impacto en el nivel de logro escolar de los estudiantes en diversos contextos. No se parte de cero, ya existe cierta evidencia, por ejemplo, los resultados del Tercer Estudio Regional Comparativo y Explicativo, realizado por OREAL y la UNESCO en 2015, mostraron que la percepción de violencia en los alrededores de las escuelas Mexicanas está relacionada de forma negativa con el nivel de desempeño de los estudiantes. Esta evidencia nos hace pensar que el ambiente escolar y las habilidades socioemocionales dentro de la escuela han de tener un impacto profundo en el nivel de logro. Sin embargo, es necesaria una medición centrada en las habilidades socioemocionales y no en la violencia del entorno para tener un dato más certero.

El tercer reto sería hacer un análisis profundo y emplear los resultados de las evaluaciones. La información obtenida al relacionar el nivel de desempeño y las habilidades socioemocionales sería un parteaguas para dimensionar las posibles desigualdades e inequidades del Sistema Educativo, lo cual también ayudaría a contestar preguntas como: ¿Existe algún grupo vulnerable que por sus condiciones socioeconómicas presente niveles más bajo en sus habilidades socioemocionales y esto afecte su nivel de desempeño escolar? Responder a esto ayudará a construir un panorama general de la situación de las habilidades de los alumnos en el país. Posiblemente, lo más difícil de lograr es poder emplear la información para desarrollar estrategias e intervenciones para mejorar la educación.