Según Jordi Bonet, actual arquitecto del templo de la Sagrada Familia, "continuar con la obra de Gaudí es una gran aventura, pero también una gran responsabilidad". Así lo afirmó en la Universidad de Navarra donde ofreció una conferencia titulada "Gaudí: lo espiritual se hace obra", enmarcada en las jornadas "Expresarte" organizadas por el Colegio Mayor Belagua.

"Era una experiencia que tenía que vivir con el máximo rigor, estudiando e investigando la arquitectura de Gaudí para ser fiel a sus ideas, que es lo que él nos pedía", señaló. "Cada vez le admiro más -dijo refiriéndose al arquitecto catalán- porque realmente es inaudito lo que pensó para este templo que atrae a gente de todo el mundo y que el año pasado fue visitado por 1.600.000 personas".

Respecto al estado actual de las obras de la Sagrada Familia, el arquitecto anunció que para final de este año se quieren terminar 200 metros cuadrados del templo, que se puedan enseñar a los visitantes tal y como los había pensado Gaudí. "Aunque sólo van a ser 200 metros cuadrados de los 5.000 que tiene, nos parece que a la gente le va a gustar ver este ejemplo de lo que será todo el templo en el futuro", comentó.

Según explicó Jordi Bonet, actualmente se trabaja en varios lugares del templo, del que se ha construido algo más del 50%. "Nuestra ilusión es que para la celebración de los 125 años de la colocación de la primera piedra del templo, en 2007, se tengan cerradas todas las bóvedas del templo y así pueda parecer que está terminado interiormente", declaró.

"Mi cliente no tiene prisa"

Al preguntarle acerca de una posible fecha de finalización de todo el templo, Jordi Bonet dijo: "Yo siempre respondo a esto lo que contestaba Gaudí cuando le hacían la misma pregunta: 'Mi cliente no tiene prisa'. Yo sólo estoy seguro de una cosa: que no la voy a terminar yo". Asimismo, explicó que "es muy difícil saber cuándo se acabarán las obras, puesto que la Sagrada Familia se construye con donativos y nunca se sabe cuánto se va a recaudar cada año".

"En las obras -destacó el arquitecto- trabaja más o menos un centenar de personas y se utilizan desde tecnologías tradicionales a la informática arquitectónica más avanzada". "Hay gente que está en contra de que continúen las obras, pero yo pienso que si existen miles de personas que voluntariamente ofrecen su donativo para terminar la Sagrada Familia, hay que respetar esa voluntad. Si antes eran los catalanes los que sufragaban este templo y lo levantaban, ahora se construye gracias a personas de todo el mundo", manifestó. Asimismo, expresó que "Gaudí quería que su obra fuera continuada por otros de acuerdo con lo que él pensaba y esto merece que se siga realizando".

Durante su conferencia, Jordi Bonet explicó que cuando Gaudí recibió en 1883 el encargo de continuar con la construcción del templo de la Sagrada Familia, lo consideró como providencial. "La fe era lo que guiaba su obra y en la Sagrada Familia todo es fruto del espíritu", concluyó.