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Los hermanos María y Rafael Pérez Araluce han defendido su tesis este curso. Los dos la han hecho dentro del programa de Doctorado en Medicina Aplicada y Biomedicina.
A Rafael le costó decidirse a hacer la tesis. "Me costó mucho elegir qué carrera estudiar porque me gustaba la comunicación audiovisual, la filosofía, la bioquímica…", rememora con una sonrisa. "Cuando ya me decidí por Farmacia y Nutrición, también me gustaban todas las salidas que ofrecía: el hospital, la oficina de farmacia… Fui probándolo todo, e hice el TFG experimental, en farmacología, para probar también esa parte". Tal y como Rafael recuerda, este primer contacto con la investigación no acabó de decidirle para tomar ese camino; algo que cambió al año siguiente. "En sexto, tuve clase de Salud Pública. La impartía la profesora Silvia Carlos y me encantó. Ella era, además, la vicedecana de Estudiantes y yo era entonces el delegado de la Facultad, así que hablábamos mucho. Me recomendó hacer las prácticas de Nutrición en su departamento, el de Medicina Preventiva y Salud Pública, y una vez allí me decidí a hacer la tesis. Ahora sí que tengo claro que quiero dedicarme a la carrera académica", asegura.
También en el caso de María una profesora influyó en su decisión de hacer la tesis. "Quien me animó a hacer el doctorado fue María Iraburu, que era mi asesora", explica. "Desde que empecé la carrera, tenía bastante claro que no me quería dedicar a la investigación, así que pensaba que no tenía mucho sentido hacer la tesis. Ella me animó a que, dentro de las salidas profesionales que me interesaban, viese qué perfil tenían las personas que se dedicaban a eso y descubrí que casi todas tenían un doctorado".
De patrones de consumo de alcohol a generar parches para el corazón
Su tesis trató sobre patrones de consumo de alcohol y salud. "En general, cuando se estudia el consumo de alcohol, solo se estudia la cantidad que se consume, es decir, no importa si te tomas una copa de vino en cada comida o si te bebes siete copas un sábado porque la cantidad media de alcohol que ingieres es la misma", explica. Con la hipótesis de que, en realidad, sí que importa cómo bebes, Rafael estudió distintos patrones de consumo (abstención, patrón mediterráneo y 'binge drinking') y su efecto en la salud, entendida "como algo holístico, no solo referida a la salud física, sino también a la calidad de vida y el bienestar psicológico", añade.