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La aventura del saber “inútil”

PROTAGONISTAS

05 | 06 | 2025

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Jafait Junior Fodop Sokoudjou aterrizó en Pamplona desde Camerún el 8 de julio de 2019. "Llegar de golpe, en plenos sanfermines, no es lo mejor. Impresiona mucho ver a todo el mundo vestido de blanco y rojo", recuerda.

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Junior defendió su tesis en Tecnun bajo el título "Identificación de Etiquetas Chipless RFID con Modelos de Inteligencia Artificial".

Junior estudió un máster en la Universidad Pública de Navarra (UPNA) y después comenzó el doctorado en el departamento de Ingeniería Eléctrica y Electrónica de Tecnun. "Tras estudiar en la Escuela de Ingeniería de la Universidad de Yaundé (Camerún) me di cuenta de que lo que más me gustaba era enseñar, dar clases", cuenta. "Con los años, también he comprendido que lo que más urge allí, en Camerún en particular y en África en general, es invertir en la educación".

Los últimos cuatro años, Junior ha estado trabajando en una tecnología llamada 'Chipless RFID'. "Imagínate un código de barra, pero en vez de leerse de manera óptica, se lee con ondas electromagnéticas", explica. "Esto tiene muchas ventajas como, por ejemplo, que puede leerse aunque haya obstáculos por delante, siempre que no sean metálicos. Se trata de una tecnología de identificación, con muchísimas aplicaciones".

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Los profesores Idoia Ochoa y Javier Díaz fueron sus directores de tesis.

"Para hacer un doctorado hay que tener las ideas muy claras. Igual no del tema, pero sí del porqué. Para emprender esa aventura, uno debe tener un amor desinteresado al saber, al saber 'inútil', aunque sea una tesis muy práctica como pueden ser las de Ingeniería. A uno le tiene que gustar darle vueltas a las cosas una y otra vez", asegura. Quizá por eso, porque a Junior le gusta mucho la Filosofía, reflexionar sobre los asuntos y compartir con la gente distintos puntos de vista para llegar a una mejor comprensión de la realidad, el doctorado no le resultó difícil. "Sí que ha habido momentos de mucha presión por una entrega –reconoce–, pero han sido unos años estupendos. Quizá por los directores de tesis que tuve y todo el tiempo que me dedicaron. Salía de cada sesión de trabajo con ellos, Idoia Ochoa y Javier Díaz, con más ganas de trabajar", asegura. "La defensa de la tesis fue un momento de verdadero disfrute. Es difícil sintetizar el trabajo de cuatro años en 45 minutos de presentación, pero, de nuevo, el apoyo de mis directores de tesis lo hizo posible. El recuerdo que tengo de la tesis es el de una conversación con ellos, de la que iban saliendo perspectivas todavía más interesantes".

Junior también disfrutó con las prácticas de Informática que ha impartido a los estudiantes de 1º como parte de su colaboración docente. "Ver la cara de una alumno iluminarse porque al fin entiende un concepto después del enésimo intento de explicación es de lo más gratificante de estos años de doctorado", afirma. 

"El recuerdo que tengo de la tesis es el de una conversación con mis directores, de la que iban saliendo perspectivas todavía más interesantes"

Junto a los otros 181 nuevos doctores que han defendido su tesis a lo largo de este curso, Junior recibirá su birrete el próximo 6 de junio. Después, regresará a Camerún para poner en marcha colegios basados no solo en la excelencia académica, sino en valores. "Quiero ofrecer una formación que toque todas las dimensiones de la persona: el intelecto, el corazón y la voluntad", explica. "Por encima de todo, mi pasión es la educación, transmitir conocimientos, o mejor dicho, ayudar a aprender", concluye.