Resumen: En 30.4, pasaje conocido como el "excurso de los abogados", Amiano incluye una pintoresca descripción de los abogados del Este del Imperio. Este capítulo de los últimos libros se ha considerado tradicionalmente un cúmulo caótico de motivos satíricos, y se ha usado asimismo como testimonio autobiográfico de que el historiador tuvo problemas con los abogados en Antioquía. Sin embargo, un análisis detallado de las alusiones a autores anteriores, especialmente a Cicerón, Aulo Gelio y Horacio, pone de relieve que el autor siguió un plan coherente y excluye que el pasaje tenga valor autobiográfico. Su propósito era subrayar de manera vivida la decadencia de la oratoria forense, precisamente en el contexto de incultura de Valente. El pasaje resulta, por tanto, paradigmático de la técnica historiográfica de Amiano, en la medida en que subraya cómo la ignorancia impidió a los gobernantes posteriores a Juliano leer las lecciones del pasado en un momento de crisis
