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Rafael María Hernández Urigüen, , profesor en ISSA y la Escuela de Ingenieros - Tecnun

Papa Francisco: familias numerosas, conejos y superficialidad informativa

mié, 28 ene 2015 13:27:00 +0000 Publicado en Revista Palabra

La semana pasada trataba con los alumnos en las clases de la universidad sobre el protagonismo de los medios de comunicación como instrumentos imprescindibles en nuestros días para mantenernos informados sentirnos solidarios de los problemas mundiales y tomar decisiones libres con conocimiento de causa.

Concluíamos resaltando la importancia de cultivar actitudes serenamente críticas ante los efectos negativos que un entreguismo fiducial, de quienes aceptan sin reflexión todo lo que en los medios se dice, produce en la mente de los lectores, espectadores y oyentes tantas veces conformados por una especie de "pensamiento único", "políticamente correcto" .

Como ejercicio práctico, propuse a las alumnas y alumnos la selección de titulares y portadas que reflejen noticias de actualidad, recopilándolas de entre los medios ideológicamente más variados e incluso opuestos para que comparándolos sacaran sus propias conclusiones. Por lo que comentan, están disfrutando…

Simultáneamente recibí la invitación de participar telefónicamente en un debate televisivo local en el que se lanzaba al aire si el Papa Francisco está cambiando la doctrina de la Iglesia acerca del matrimonio, haciendo referencia a sus declaraciones durante el regreso de su último viaje apostólico a Sri Lanka y Filipinas. La redactora, presentador del programa y mayoría de los contertulios y probablemente del público presente en el plató, con la mejor intención del mundo, se habían quedado con la idea de que frente a la anterior y continua apuesta de la Iglesia por las familias numerosas, Francisco afirmaba ahora que "no hay que tener hijos como conejos". Es decir que el papa actual está en contra de las familias numerosas…o a lo más que no es favorable a las familias numerosas.

Durante la breve intervención, me atreví a sugerir que la ética informativa pide acudir a las fuentes y tratar de comprender las declaraciones en su contexto.

Además de que el Pontífice se centró en los problemas de pobreza, llamada esperanzada a la evangelización y alabanza a los filipinos por su fe, alegría y generosidad familiar en la aceptación de los hijos, su frase sonaba así: "Algunos creen que, para ser buenos católicos, tenemos que ser –perdonen la expresión– como conejos. No. Paternidad responsable. Esto es claro y para ello están en la Iglesia los grupos matrimoniales, están los expertos en esta materia, están los pastores, y se busca. Conozco muchas soluciones lícitas que han ayudado en esto" (Rueda de prensa en el avión durante el viaje de regreso).

Sin duda, el Papa estaba corrigiendo una percepción general distorsionada sobre cuál es la doctrina católica acerca de la aceptación de los hijos en los matrimonios, y su mensaje acentuó la idea de qué significa "paternidad responsable".

Previamente Francisco había alabado la generosidad de las familias filipinas que le mostraban sus hijos con alegría como don de Dios, con particular ternura si eran enfermos o discapacitados. Sus palabras se encuadraban en lo primero que le había llamado la atención: "Ese gesto de los padres, levantando a los niños, para que el Papa los bendiga. El gesto de un padre… eran muchos: levantaban a sus hijos cuando pasaba por donde estaban ellos. Un gesto que no se ve en otras partes. Como diciendo: "Éste es mi tesoro, éste es mi futuro, éste es mi amor, por él vale la pena trabajar, por él vale la pena sufrir". Es un gesto original, que brota del corazón" (ídem).

Pero, además, el papa recalcaba el gesto de las madres y el valor de los niños enfermos así: "Otro gesto: las madres que llevaban a sus hijos enfermos en brazos; y también las madres que los llevaban hasta allí. Las madres no levantaban tanto a sus hijos… hasta aquí… [en brazos]. Sí, se veían muchos niños discapacitados, con discapacidades que impresionan un poco: no escondían a sus hijos, los acercaban al Papa para que los bendijera: "Éste es mi hijo, es así, pero es mío". Todas las madres sienten y hacen lo mismo, pero el modo de hacerlo, eso es lo que me ha llamado la atención" (Ídem).

Quizá estas apreciaciones del papa hubieran bastado para entender bien a qué se refería la frase comparativa con los "conejos", por cierto introducida con "perdonen la expresión". Pero me pareció interesante recordar el encuentro de Francisco con las Asociaciones de Familias numerosas el 28 de diciembre anterior en la que su percepción positiva de las mismas quedó manifiesta, por ejemplo con estas palabras, reivindicativas también frente a la falta de apoyo de los políticos a la institución familiar: "Queridos padres, os estoy agradecido por el ejemplo de amor a la vida, que vosotros custodiáis desde la concepción hasta el fin natural, incluso con todas las dificultades y los pesos de la vida, y que lamentablemente las instituciones públicas no siempre os ayudan a llevar adelante. Justamente vosotros recordáis que la Constitución italiana, en el artículo 31, pide una particular atención hacia las familias numerosas; pero esto no encuentra una adecuada respuesta en los hechos. Queda en las palabras. Deseo, por lo tanto, incluso pensando en la baja natalidad que desde hace tiempo se registra en Italia, una mayor atención de la política y de los administradores públicos, en todos los niveles, con el fin de dar el apoyo previsto a estas familias. Cada familia es célula de la sociedad, pero la familia numerosa es una célula más rica, más vital, y el Estado tiene todo el interés de invertir en ellas" (Discurso a la Asociación Nacional de familias numerosas de Italia, 28 de diciembre de 2014).

¿Cuántos titulares resaltaron entre diciembre y enero la denuncia del papa a las instituciones públicas por la falta de apoyo a las familias?

Pero, además por si todavía quedara alguna duda, durante la audiencia del 21 de enero, la voz de Francisco sonaba así de clara en el Aula Paulo VI: "Escuché que algunos decían que las familias con muchos hijos y el nacimiento de tantos niños está entre las causas de la pobreza. Me parece una opinión superficial. Puedo decir, todos podemos decir, que la causa principal de la pobreza es un sistema económico que quitó a la persona del centro y puso en su lugar al dios dinero; un sistema económico que excluye, excluye siempre: excluye a los niños, a los ancianos, a los jóvenes sin trabajo… y crea la cultura del descarte que vivimos. Nos hemos acostumbrado a ver personas descartadas. Este es el motivo principal de la pobreza, no las familias numerosas" (Audiencia General del 21 de enero de 2015).

Sin duda la "opinión superficial" prevaleció en el mudo informativo. Para evitar esta patología que distrae de los hondos problemas que afectan a nuestro tiempo, como la pobreza, y sobre todo anestesia las conciencias de quienes tendrían que afrontarlos, pienso que desde la universidad podemos seguir fomentando un nuevo espíritu crítico capaz de discernir el trigo de la paja ante el bombardeo mediático. Una urgencia fascinante que favorece la libertad.