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María Concepción García Gainza, Catedrática de Historia del Arte

Los papeles de Juan Rena

mar, 28 ene 2014 12:40:00 +0000 Publicado en Diario de Navarra
Acaba de aparecer hace unas semanas el libro Inventario de la Documentación de Juan Rena (2013), del que son autores Merceces Chocarro Huesa y Félix Segura Urra, este último jefe del Archivo Real y General de Navarra y ambos cualificados especialistas en el tratamiento archivístico de la documentación. La obra de gran envergadura, que ha necesitado cinco años para su realización, ha contado con la colaboración de Berta Elcano Sanz y Mª Dolores Barragán Domeño. Se publica con el número 74 en la colección Fuentes para la Historia de Navarra del Gobierno de Navarra. El libro ofrece, además del interés y utilidad de los trabajos de este tipo realizados hasta ahora en el Archivo centrados en la documentación medieval de la Cámara de Comptos y en la documentación de los procesos del Consejo Real y la Corte Real en la Edad Moderna, el referirse al archivo personal de Juan Rena (15121539), figura fulgurante y crucial en los años de la conquista e incorporación del Reino de Navarra a la Corona de Castilla. Se cumple así la iniciativa de facilitar el acceso a la documentación del siglo XVI impulsada por el Servicio de Archivos y Patrimonio Documental del Gobierno de Navarra, y todos los que trabajamos en el quinientos desde los diferentes campos de investigación celebramos y agradecemos ahora esta publicación.

Archivos personales de Rena
Los papeles de Micer Juan Rena, denominados así por J. J. Martinena en su Guía del Archivo General de Navarra (1997), comprenden en realidad los archivos personales de Juan Rena, Pedro de Malpaso (1521) y Juan de Alarcón (1551) que gestionaron los pagos al reino de Navarra por la Corona de Castilla debidos a obras y gastos extraordinarios, si bien el fondo del primero supone según los autores el ochenta por ciento del total. Se trata del fondo personal más rico del Archivo Real y General de Navarra y su trascendencia radica en que su cronología se corresponde con unos años clave de la historia de Navarra y de España durante los reinados de Fernando el Católico y el Emperador.
 
La compleja biografía de Juan Rena a la que se habían acercado autores como P. de Sandoval, F. de Lubián y J. Goñi Gaztambide, quien lo incluye en la Historia de los obispos, queda ahora bien ensamblada en los múltiples campos de actividad que desarrolló el clérigo veneciano en su doble faceta eclesiástica y de oficial real, donde prestó numerosos servicios a la Corona que fueron recompensados con distintos nombramientos. Actuó también como negociador y fue hábil diplomático en el Norte de África. Sorprende que Rena estuviera presente en el séquito del emperador en función de su cargo en los momentos iniciales de su vida como fueron sus bodas en Sevilla, siguiéndolo en Granada donde Carlos I pasaría su luna de miel, y sobre todo ocupándose de preparar la armada para el gran viaje a Italia que, partiendo de Barcelona desde Génova, se dirigió a Bolonia para la coronación imperial. Compatibilizó todos sus cargos, que llegaron a ser cincuenta y tres, con su residencia en Navarra durante 27 años, adonde lotrajo su amoy protector Diego Fernández de Córdoba, Alcaide de los Donceles, nombrado virrey de Navarra. Juan Rena se convirtió en pagador de obras y gastos extraordinarios de Navarra y años más tarde en oidor de Comptos, introduciendo una renovación en la gestión de la Cámara. Chocarro y Segura nos lo presenta por todo ello como ¿una pieza clave en la regeneración administrativa de Navarra del primer tercio del siglo XVI". Como oficial real fue proveedor general del ejército y las armadas con Inglaterra para lo que se compró vino, trigo y bizcocho y bastimentos en Guipúzcoa, a Francia, Italia y Flandes, proveedor de bastimentos y finalmente comisario general de la armada a Túnez entre otros cometidos, todo lo cual queda ahora documentado con gran precisión, lo que hace al Inventario del fondo de Juan Rena una documentación de uso imprescindible para conocer las armadas del emperador y toda su época.

Juan Rena, mercader
Como eclesiástico Juan Rena acumuló cargos y prebendas, con el apoyo del emperador de quien fue capellán real y de sus buenas relaciones con la curia romana
ya que fue familiar de dos papas, León X y Adriano VI. Con la ayuda del emperador consiguió que este último papa le nombrara vicario general en sede vacante en pleno conflicto del cabildo entre el agramontés Remiro de Goñi y el beamontés Juan de Beaumont. El obispo de Pamplona, el cardenal Alejandro Cesarini, mantuvo a Juan Rena como vicario general en sede plena, lo que le permitió el dominio del sector eclesiástico y de ahí obtuvo el cargo de tesorero, con lo cual las rentas del cabildo de la catedral de Pamplona entrarían también bajo su control. La culminación de la carrera eclesiástica fue su nombramiento primero como obispo de Alguer y a continuación obispo de Pamplona cuando ya le quedaban solo unos meses de vida, tiempo que le permitió ejercer el mecenazgo artístico en la catedral, estudiado recientemente por Mercedes Chocarro, en la que el busto relicario de Santa Úrsula perpetúa su memoria. Añaden los autores otro capítulo de la biografía de Juan Rena y es el referente a su vida privada y a su actividad como mercader y hombre de negocios, así como a sus relaciones profesionales con Pedro de Malpaso, veedor general de obras del rey y de Juan de Alarcón, criado de Rena y continuador en el cargo de pagador de obras y gastos extraordinarios de Navarra.

Un inventario con criterio
Este gran fondo documental que constituye el archivo personal de Juan Rena se hallaba en una situación ¿extremadamente caótica" formando parte del contenido de 68 cajas con documentación de la que Goñi Gaztambide había hecho una identificación de 37 cajas. Escritos en letra cortesana, estos documentos habían sido utilizados por F. Idoate Iragui, J. Goñi Gaztambide, T. de Azcona, I. Ostolaza Elizondo, J. Fortún Pérez de Ciriza, P. Monteano Sorbet, M. Chocarro Huesa y R. Fernández Gracia y otros autores en lo referente a cuestiones de fortificaciones, brujería eclesiásticas, políticas o artísticas, tal es la riqueza de su contenido, de los años de la conquista y del gobierno castellano en Navarra. El interés de la documentación hacía preciso una organización que diera idea de las dimensiones reales del fondo, extremo que se desconocía y reuniera la documentación dispersa en los sucesivos traslados desde la Cámara de Comptos, en donde ingresaron tras la muerte de Juan Rena, al Palacio de Navarra y al actual Archivo Real y General de Navarra. La documentación había estado sometida a distintos criterios de ordenación, lo que aumentaba la complejidad de su situación.
 
Los autores han realizado el Inventario con conocimiento, criterio y rigor y han procedido a la identificación, ordenación y descripción, en la que se definió su tipología según la clasificación establecida por Antonia Heredia, archivera del Archivo de Indias, seguida por la restauración y digitalización de la documentación en un CD que acompaña a la publicación, siendo posible acceder a ella también a través de la red. Se culmina así el tratamiento archivístico de un fondo documental, que reúne tres archivos personales ahora perfectamente identificados así como las relaciones establecidas con las funciones de sus productores, que ha requerido un concienzudo trabajo de los autores sin contar las horas, los días ni los años que ahora ofrecen generosamente a los investigadores y a los amantes de la historia y la cultura, y que constituye una aportación fundamental a las fuentes para el estudio de la historia de Navarra y del reinado de Fernando el Católico y sobre todo de Carlos V, tanto en sus campañas imperiales como en las personalidades más relevantes de la Edad del Humanismo, secretarios, nobles y obispos desde Andrea Doria al duque de Alba pasando por Baltasar de Castiglione.