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Cuidar la salud del suelo: limpieza del lindano

23/10/2023

Publicado en

The Conversation

Javier Erro |

Investigador del Instituto de Biodiversidad y Medioambiente de la Universidad de Navarra

Muchos filósofos como Heidegger y artistas como Chillida y Oteiza han reparado en una visión del espacio alternativa a la del depósito pasivo que alberga materia al servicio del ser humano. Para ellos, el espacio es otra cosa. Sostienen una percepción viva que posibilita la vida. Este enfoque puede trasladarse a uno de esos espacios en concreto: el suelo. Durante décadas hemos considerado que la Tierra es un almacén del que extraemos recursos despreocupándonos de ella. Bajo esta visión instrumental, el Planeta acaba pagando las consecuencias de este abandono. Es el caso del empleo abusivo e indiscriminado de fertilizantes y plaguicidas llevado a cabo durante mucho tiempo. Esto ha generado una reducción de la fertilidad de los suelos, es decir, de su salud. Y la consecuente merma en la producción vegetal nos ha hecho ver que la tierra está viva, que no es un medio, sino un ecosistema que cuidar.

Sin embargo, aunque se vaya cambiando de paradigma (algunas leyes emergentes de limitación de aportes al suelo lo atestiguan como por ejemplo el Real Decreto 1051/2022 sobre nutrición sostenible, o el Real Decreto 529/2023 sobre productos fertilizantes), gran parte del daño está hecho. Es urgente pues, una actuación a corto plazo remediadora del perjuicio causado. En este sentido, nuestra investigación se centra tanto en el diseño de nuevos aportes más eficaces y sostenibles, como en la generación de soluciones que limpien el suelo contaminado. Por ello, hemos desarrollado un descontaminante de amplio espectro para eliminar el lindano de los suelos afectados.

El lindano es un plaguicida que se empleó durante muchos años para frenar el ataque de insectos a los cultivos. Sin embargo, con el paso del tiempo, se detectaron sus efectos tóxicos sobre el medio, las plantas y los seres humanos. Incluso se catalogó como cancerígeno. Todo esto detuvo su aplicación, pero siguen existiendo grandes almacenes de lindano y subproductos peligrosos en colinas, ya que es un compuesto persistente y bioacumulativo. Esto supone un peligro puesto que estos productos organoclorados pueden ser arrastrados por la lluvia hasta los ríos adyacentes con el consiguiente daño para la vida acuática y para los cultivos regados con el agua de esos ríos. Puede, por tanto, acabar en el consumo humano.

La incidencia y gravedad del asunto repercute tanto en el ámbito nacional -encontrándose vertederos y zonas afectadas en Aragón, Galicia, País Vasco y Navarra (Sabiñánigo, Barakaldo y Asua, y Viana e Iguzkiza)- como en el europeo, donde existen más de 280 puntos de contaminación por lindano. De hecho, la UE lleva ya tiempo ocupada en dicho problema desviando diversas partidas para su tratamiento.

Las soluciones empleadas pasan por el tratamiento de bajas concentraciones de lindano, por la depuración de aguas o por la extracción de los suelos contaminados. Estas estrategias son parciales, insuficientes o inviables tecnológica o económicamente. En este contexto, hemos desarrollado un proyecto en colaboración con Magna y Emgrisa para atacar el lindano acumulado en vertederos de Bailín, en Sabiñánigo. En esa zona de conflicto, y bajo un acuerdo con la Junta de Aragón, llevamos a cabo un ensayo en condiciones reales aplicando nuestras propuestas.

La alternativa planteada se basa en un compuesto con microporos que alberga un compuesto especialmente absorbente en una atmósfera reductora y alcalina. De esta forma, hemos conjugado dos mecanismos complementarios de destrucción química del lindano para aumentar la eficacia de la eliminación. Además, la alta capacidad adsorbente del producto permite también la remediación de metales pesados convirtiendo así al producto en un polisorbente, es decir un descontaminante simultáneo de contaminantes orgánicos e inorgánicos.

La gran ventaja del producto es que constituye una composición sencilla y viable que se puede aplicar directamente en el suelo y que elimina de manera irreversible grandes cantidades de lindano, actuando así sobre el foco del problema, es decir, sobre los vertederos de lindano.