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Juana Fernández Rodríguez, Profesora del Grado de Ciencias Ambientales de la Universidad de Navarra

¿Cuánto vale el agua que usamos en nuestras casas?

     
mar, 21 mar 2017 12:39:00 +0000 Publicado en Diario de Noticias

Juana Fernández-RodríguezAnualmente el Instituto Nacional de Estadística (INE) publica las cifras sobre el consumo medio de agua en los hogares españoles. En el informe de 2015 se detallaba que el gasto por habitante y día era de 130 litros en 2013 (los datos se ofrecen con dos años de retraso), un 3,7% menos que en 2012. Ese descenso en el despilfarro de recursos naturales se recibió como una buena noticia, hasta que el informe de 2016, sobre el consumo en 2014, volvió a confirmar el incremento del gasto, con 132 litros de consumo medio por persona y día, un 1,5% más que en el año anterior.

Para tomar conciencia sobre cómo atajar este gasto excesivo, conviene detallar primero cómo y dónde se consume más agua en los hogares españoles. El mayor dispendio se da, lógicamente, en el baño. A continuación, en la cocina. A modo de ejemplo, según Ecologistas en Acción (2006), llenar la bañera puede suponer un volumen de 150 a 250 litros de agua, mientras que una ducha de 5 o 10 minutos consume de 50 a 100 litros. Por otro lado, el uso de la cisterna supone entre 8 y 10 litros de agua, y mantener el grifo abierto -por ejemplo, mientras nos lavamos los dientes o nos afeitamos- gasta de 5 a 10 litros por minuto, lo que puede suponer un total de 50 litros en 5 minutos.

En el caso de la cocina, las cifras de consumo también pueden resultar sorprendentes. Poner el lavavajillas completo conlleva el uso de 10 a 30 litros de agua -mientras que el lavado a mano de la vajilla equivalente implicaría una media 70 litros (Organización de Consumidores y Usuarios, OCU 2012)-. Y poner la lavadora -uno de los electrodomésticos con mayor consumo de agua-, requiere entre 35 y 75 litros en carga completa. Adicionalmente, en el hogar puede haber otras fuentes de consumo de agua, como llenar la piscina (de 20.000 a 40.000 litros), regar el jardín (unos 4-6 litros/(m2/día) o lavar el coche con manguera (de 150 a 400 litros). A todo ello se sumaría el derroche cuando las instalaciones no están en buen estado: un grifo que gotea puede perder entre 30 y 100 litros al día.

No obstante, las cifras que manejamos se refieren al consumo en el hogar y, en muchas ocasiones, al gasto por persona y día. Si extrapoláramos estas cifras a una familia, a un bloque de viviendas, a una ciudad, a una comunidad autónoma o a un país; si lo hiciéramos teniendo en cuenta periodos de una semana, un mes o un año, los números resultantes serían tan enormes que difícilmente nos haríamos cargo de la envergadura del problema.

El agua es un recurso natural del que depende el equilibrio de los ecosistemas, pero también de los núcleos urbanos. Además, se utiliza en multitud de procesos, no sólo domésticos, sino también industriales. Podríamos decir que nuestro estilo de vida está íntimamente ligado al uso del agua, ya que la necesitamos para realizar numerosas actividades cotidianas. Como consecuencia, su coste económico se ha ido incrementando en los últimos años. Concretamente, su precio ha subido un 5,8% entre 2012 y 2013 y un 3,3% entre 2013 y 2014, alcanzando los 1,89 euros por metro cúbico (INE, 2015). A pesar de este incremento económico, el precio del agua no refleja su valor, que en muchas ocasiones podría resultar incalculable.

Por todo ello, cuidar y preservar el agua es un deber moral. Más aún cuando el mercado nos ofrece muchas soluciones orientadas a contener su gasto, como instalar perlizadores en los grifos, utilizar cisternas eficientes, sustituir hábitos y cambiar el baño por la ducha, usar los electrodomésticos cargados al máximo y en el programa de lavado que se requiera, etcétera. Medidas que, sin embargo, no tendrán sentido si no nos concienciamos de lo que significa disponer de agua de calidad en el momento, y de los perjuicios que causamos cuando la despilfarramos. Este es el objetivo del Día Mundial del Agua que celebramos hoy.