Antonio Aretxabala Diez, Geólogo, Universidad de Navarra
México ha dado una lección
Las autoridades mexicanas supieron reaccionar ante la alarma desatada después de que un terremoto de 7,8 grados en la escala de Ritcher sacudiese el país.
En 1957 el conocido como "terremoto del ángel" sacudió México con una intensidad de 7,9, el epicentro estuvo muy cerca de Acapulco. En la capital murieron más de 700 personas, casi 3.000 resultaron heridas, miles de edificios quedaron en ruinas, la emblemática Victoria Alada del Paseo de la Independencia se desplomó. Por aquel entonces en las zonas sísmicas se comenzaba a estudiar el fenómeno de las interacciones entre el terreno, el edificio, la estructura, la cimentación, el período de las ondas, etc. Un edificio, la Torre Latinoamericana, acababa de inaugurarse, su estructura era de acero. El apoyo sobre largos pilotes se hizo dinámicamente flexible, no sufrió ni un rasguño, recibió el premio del American Institute of Steel Construction: era el edificio más alto jamás construido que hubiese soportado tamaña aceleración y fuerza sísmica. Sigue siendo considerado como una de las edificaciones de gran altura más seguras del mundo. Catedral, Palacio Nacional y otros edificios de la época colonial de fuertes muros de piedra también soportaron bien el tren de sacudidas.
En 1985, el conocido como terremoto de México se ensañó especialmente con México D.F., durante más de dos minutos y con una magnitud de 8,1 superó con creces al "terremoto del ángel". Esta vez el epicentro fue localizado en Michacán, cerca de la desembocadura del río Balsas, la especial configuración de la cuenca de la capital México D.F. como una caja de resonancia, produjo un efecto eco con las ondas sísmicas; éstas se dedicaron a recorrer el subsuelo de la capital, en todas las direcciones, rebotando en las paredes una y otra vez, haciendo interminables los minutos. Hubo réplicas que llegaron a 7,5. Más de 10.000 muertos y cientos de miles de heridos han pasado a engrosar la lista de víctimas de estos fenómenos naturales en nuestras ciudades contemporáneas. Más de 4.000 personas fueron rescatadas con vida de entre los escombros. La Torre Latinoamericana, la Catedral, el Palacio Nacional y otros edificios de la época colonial se mantuvieron firmes otra vez.
Ayer, un terremoto de escala 7,8 con epicentro en el estado de Guerrero volvió a sacudir al país y a México D.F., pero ayer no hubo muertos, unos pocos heridos, daños materiales y dos réplicas destacables de 5,0 y 5,3. Miles de personas en la capital después de reaccionar como aprendieron desde pequeños, salieron a las calles muy asustadas, las lecciones se habían aprendido pero que muy bien. Casi 30 años después del terremoto de 1985 la ciudad se ha mostrado mucho más preparada y resiliente. Ayer México dio una lección al mundo. No solamente sus edificios se han optimizado para resistir el golpe de tanta fuerza sísmica, sino que las reacciones después de los primeros momentos de pánico funcionaron. La gente, educada desde la infancia, en general se comportó como hay que hacer en estos casos, no salir corriendo hasta que termine el movimiento, ponerse debajo de vigas, en los dinteles de las puertas, etc. Sin embargo lo que más deslumbró al mundo tanto en 1957, en 1985 como ayer, fue la entrega, capacidad de solidaridad y abnegación de sus ciudadanos.
Hoy sabemos muchas más cosas de los terremotos y sus mecanismos, sabemos que las normas de construcción sismorresistente están en constante mejora, pero no han sido, no son y nunca serán suficientes para evitar desgracias, víctimas, ruinas. México ha colaborado con la comunidad internacional activamente elaborando ejemplares planes de prevención, excelentes estudios sobre la distribución del territorio acorde con el tipo de riegos esperables, especialmente los sísmicos, una mejora considerable de los sistemas constructivos y una pedagogía de la cultura sísmica que salva vidas. Tres asignaturas pendientes en España, vimos en Lorca cómo los elementos no estructurales mataron, la normativa vigente ni los contemplaba, nuestra distribución del territorio no cuenta con la realidad sísmica española, tan solo Aragón y algún ayuntamiento catalán coteja esta información a la hora de urbanizar; y de la cultura sísmica de la población mejor no hablar. Youtube está lleno de imágenes de supermercados, calles, farmacias de Lorca donde podemos ver a la gente salir despavorida, incluso algunas de las víctimas bajo cornisas caídas. Por cierto, la Torre Latinoamericana, la Catedral, el Palacio Nacional y otros edificios de la época colonial siguen firmes.