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Lomloe: la excelencia sin exigencia

19/01/21

Publicado en

El Norte de Castilla

Gerardo Castillo |

Profesor Facultad de Educación y Psicología

La ministra de Educación manifestó que la Lomloe «es la primera pieza de todo un proyecto educativo que va a tener un gran impacto transformador en el sistema educativo español, que se fundamenta en la excelencia y en la equidad». Es una pena que los dos valiosos principios invocados -excelencia y equidad- sean prácticamente un brindis al sol. Lo digo porque apenas se corresponden con el desarrollo de la ley. Ese fue uno de los motivos por los que la Lomloe recibió muchas enmiendas en el Senado y posteriormente el rechazo en todo el país por medio de movilizaciones masivas. Las movilizaciones iban dirigidas también contra el «recorte de libertades» y un modelo único de educación que no respeta la libertad de los padres para elegir la educación que desean para sus hijos.

La «excelencia» es una palabra que expresa la considerable calidad que convierte a una persona en merecedora de estima y aprecio elevados. Es un concepto que está de moda, pero no se corresponde con el ambiente permisivo de hoy, por lo que muchas veces se queda en un postulado meramente teórico. Carlos Llano (Universidad Panamericana) sostiene que la excelencia es, actualmente, un concepto fuera de contexto: «El ámbito que corresponde a lo excelente es de superación, lucha y exigencia. Es importante que en este deseo de excelencia se obtengan resultados, pero más importante es el exigirse para lograrlos. Sólo puede procurarse la excelencia por medio de la exigencia, como sabiamente lo afirmaba el adagio latino: per aspera ad astra: el camino que conduce a las estrellas es un camino arduo».

 

Mahatma Gandhi era de la misma opinión: «Nuestra recompensa se encuentra en el esfuerzo y no en el resultado; un esfuerzo total es una victoria completa». No se trata del esfuerzo por el esfuerzo, como un fin en sí mismo, sino como un medio para el trabajo bien hecho, la mejora personal y el servicio a los demás.

La Lomloe no admite que los alumnos repitan curso, salvo casos muy excepcionales, ya que suele tener efectos perjudiciales: desmotivación por el cambio de compañeros (de menor edad), por tener que volver a estudiar algunas materias aprobadas y por sentirse señalado como alumno torpe. A ello le suele seguir nuevo fracaso escolar y posible abandono de los estudios. Admito ese juicio, pero pienso que la alternativa no debe ser que pase curso con suspensos, sino la prevención, con medidas educativas como las siguientes: más atención a la diversidad, evaluación continua seguida de reorientación (orientación formativa), clases de apoyo, mejora de las técnicas de estudio, estudios dirigidos y recuperación escolar.

La promoción automática se opone al principio de equidad, cualidad que consiste en dar a cada uno lo que se merece en función de sus méritos o condiciones (RAE). No hacerlo así es un atentado contra la meritocracia que creará agravios comparativos, porque se pone al mismo nivel a los alumnos que se esfuercen con los que no lo hagan. Lógicamente, unos alumnos que pasen curso con suspensos tendrán pocos conocimientos. Sin ellos, no adquirirán criterio, y sin criterio, carecerán de capacidad crítica. En estas condiciones serán personas conformistas y fácilmente manipulables.

La renuncia a una educación basada en el esfuerzo perpetuará el fracaso escolar. En las últimas pruebas PISA, España fue el único país del mundo que no salió en la clasificación final. Pese a ello, en la Lomloe no se intenta rectificar nada, sino más bien facilitar aún más la obtención del título de ESO, de FP y de Bachillerato sin necesidad de esfuerzo. Otro error de la Lomloe es la supresión de las evaluaciones externas con valor académico, las reválidas. Al no existir ningún control externo de los centros, estos aprobarán a los alumnos que no han llegado a los mínimos establecidos, porque si no lo hicieran, se irían a otros centros aún más tolerantes. Otro problema: los alumnos que se esfuerzan, al ver que también pasan de curso los que no lo hacen, acabarán esforzándose menos.

Sí, la Lomloe va a tener «un gran impacto transformador en el sistema educativo español», pero por diferentes motivos de los inicialmente supuestos por sus autores. Para afrontar ese impacto de tipo regresivo urge una formación inicial y permanente de profesores y padres en los verdaderos valores de la excelencia y la equidad, al mismo tiempo que descubren las incoherencias y limitaciones de una ley elaborada más por políticos que por pedagogos y psicólogos.