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Ana Canga, Profesora de la Facultad de Enfermería

Vida sana y futuro sostenible de las familias, ¿es posible?

   
mar, 17 may 2016 10:32:00 +0000 Publicado en Diario de Navarra

La Asamblea General de las Naciones Unidas celebra cada año el 15 de mayo el Día Internacional de la Familia haciéndose eco de la importancia que la comunidad internacional le otorga a esta institución. Además, pretende ser una ocasión para promover un mejor conocimiento de los procesos sociales, económicos y demográficos que afectan a este importante núcleo de la sociedad. “Las familias, una vida sana y un futuro sostenible” es el lema elegido para este año.

Es una realidad que la familia es un pilar básico en la provisión de cuidados. Sin la participación activa de la familia, difícilmente se verían alcanzados los objetivos marcados por los sistemas sanitarios y sociales.

Sirva como ejemplo nuestro país, donde hay al menos 950.528 cuidadores de personas enfermas y dependientes que representan el 6% de la población mayor de 18 años. Si no fuese por la familia cuidadora, que ofrece una importante parte de su vida a atender a sus familiares y dedica una media de 70 horas a la semana a esta tarea, la mayoría de las personas enfermas no serían capaces de sobrevivir.

Un informe presentado por el Instituto Internacional de Estudios Sobre la Familia (TFW, 2102)  señala que “las necesidades de cuidado de los mayores no dejan de crecer”. El envejecimiento de la población es tal que, en 30 años, se ha duplicado la población de 65 años  y cada vez hay mayor número de mayores de 80 años. Y afirma, “ni el Estado ni la iniciativa privada pueden hacerse cargo de la atención a estas personas”. Se habla de la familia como del “gigante silencioso” que cubre estas necesidades de cuidados.

Desde el ámbito sanitario se considera a la familia cuidadora como los “hidden patients” (pacientes ocultos), ya que es esta institución,  la que de forma mayoritaria se hace cargo del cuidado de las personas enfermas y dependientes  en el domicilio.

 

Por ello, los profesionales sanitarios no podemos obviar que el cuidado de una persona enferma crónica por sus características, basadas principalmente en los cuidados de larga duración, puede tener consecuencias en todo el núcleo familiar, alterando su dinámica y estructura normal y generando cambios en los patrones de comunicación, las relaciones y los roles familiares y, por ende, la necesidad de ayuda que ésta tiene a la hora de manejar su bienestar.

 

Un estudio realizado en la Universidad de Navarra con familias navarras cuidando de personas mayores dependientes, ha evidenciado el sufrimiento  profundo que genera esta realidad en la familia, llevándola a una situación de riesgo, vulnerabilidad y clara exclusión social.

 

El mismo estudio apoya la necesidad de promover lo que hemos denominado una “Familia Cuidadora Sostenible”, concepto novedoso y emergente cuyo fin es trabajar para la sostenibilidad futura de la familia cuidadora.

 

Nos referimos a “una familia que pueda desempeñar su papel de cuidadora, y que al mismo tiempo sea capaz de llevar a cabo su proyecto vital familiar, que sea capaz de seguir con la propia vida basándose en sus fortalezas familiares y utilizando aquellos recursos que refuerzan positivamente la tarea de cuidar”.

 

Lo que proponemos es trabajar con un enfoque familiar positivo cuyo énfasis reside en la identificación y el refuerzo de las competencias,  valores y esperanzas de la familia. Considerando el cuidado como un proceso de oportunidades y crecimiento para la unidad familiar.

 

Para ello, se intenta dotar a estas familias de las capacidades necesarias para aceptar y afrontar esta situación, basándose en un compromiso global de todos  y ofreciéndoles los recursos y oportunidades para que puedan seguir realizando su labor de cuidar, sin perder por ello su desarrollo humano. Esto supone tener la oportunidad de elegir libremente ejercer ese rol de cuidador contando, además, con apoyos públicos y teniendo acceso a los beneficios del sistema de protección social, ayudándoles profesionalmente a encontrar sentido a esa experiencia de cuidar.

 

Para concluir, como reinvindicaba en Naciones Unidas (2001), los expertos debemos concienciarnos de que no podemos mantener la noción tradicional de que la familia debe encargarse del cuidado integral de todos sus miembros amparándonos en la solidaridad familiar, y sobre todo, en su capacidad para hacerlo si queremos llegar a tener una “Familia Cuidadora Sostenible”.