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Volver Viajar, aprender, contrastar

Santiago Álvarez de Mon, Profesor del IESE, Universidad de Navarra

Viajar, aprender, contrastar

lun, 15 mar 2010 09:20:29 +0000 Publicado en Expansión & Empleo (Madrid)

Qué importante es viajar! Además del placer de conocer otros países, culturas y personas, pone distancia con respecto a los problemas diarios, te ofrece ángulos y perspectivas distintas de España. Acabo de llegar de Monterrey, la ciudad mejicana con mayor espíritu empresarial, plaza con una fuerte tradición industrial, sede del famoso TEC. Como simple viajero he constatado una vez más la pujante presencia de importantes compañías españolas. Del desarrollo económico y empresarial de España, éste es probablemente el capítulo más visionario y lúcido. La decisión estratégica de cruzar el Atlántico ha resultado decisiva para competir en una economía global e interdependiente.

Nuestras empresas no sólo encuentran allá mercados y márgenes de explotación aquí impensables, sino que contribuyen al desarrollo de pueblos hermanos.
El segundo y tercer día de mi estancia me reuní con un grupo heterogéneo de empresarios. Varias industrias y sectores estaban representados. A mi vuelta dos aspectos destacan por encima de cualquier otra consideración: El primero, la genuina y sincera preocupación de los empresarios por el descrédito de la clase política. El escepticismo es generalizado y la desilusión muy perceptible. En los diferentes encuentros y diálogos mantenidos se habló mucho de participación ciudadana, de un mayor compromiso de la sociedad civil, del ingente desafío de la educación de los jóvenes… Muchas reflexiones y preguntas se formulaban en primera persona del singular, asumiendo todos mis interlocutores la cuota de responsabilidad personal que les corresponde. Al margen del payaso multimillonario de Chávez, y del dictador cubano, ideología y petrodólares, mala combinación, se hablaba con pesar del déficit de salud de las democracias latinoamericanas, recogido en todas las encuestas sociológicas. La novedad es que no se limitaban a formular una crítica a los representantes elegidos. El grueso de sus parlamentos tenían que ver con ellos mismos. Se sentían parte del problema, por ello parte de la solución.

El segundo elemento tiene que ver con la valentía y determinación que observé. La crisis también se nota, y aunque confían en la recuperación del gigante del Norte, se palpa una sincera preocupación por la competitividad de sus empresas. Mercado laboral, austeridad en los presupuestos, privados y públicos, una apuesta por la innovación… Citas conocidas y familiares para todos nosotros, eran referencias frecuentes de mis interlocutores locales. Lo novedoso es la gravísima crisis de seguridad que vive el país. Monterrey dista dos horas y media por autopista de la frontera norteamericana, y ya no es un viaje seguro. Pese a que Ciudad Juárez, el centro de la contienda, queda más lejos, temen que las mafias se fijen en una ciudad emprendedora y relativamente rica.

Hablaron con dolor de la batalla planteada a los narcos, incierta y difícil ¿Ha calibrado suficientemente Calderón la enjundia del conflicto? ¿Goza del apoyo americano? ¿Hasta dónde han penetrado las mafias en el organismo de una sociedad enferma? Todas esas preguntas, de orden social y político, afectan a sus vidas. Su seguridad se resiente, su vida familiar también, y en este contexto es de celebrar tanto coraje y esperanza.