Publicador de contenidos

Volver 'Caring Economics'

José Ramón Pin, Profesor del IESE, Universidad de Navarra

'Caring Economics'

jue, 12 ago 2010 11:51:49 +0000 Publicado en El Economista (Madrid)

Montreal, agosto de 2010. Reunión anual de la Academie of Management. Riane Eisler presenta su libro Creating a Caring Economics. The Real Wealth of Nations (Creando Economías del Cuidado. La Riqueza Real de las Naciones). Su tesis: la ciencia económica actual no abarca una descripción real de la sociedad; deja fuera de su análisis lo más importante, the care.

Profundizo en esa palabra: care. Llego a la conclusión de que Riane se refiere tanto a cariño como a cuidado, incluyendo el comportamiento a que lleva el cariño. Su traducción debería ser: Cuidado con Cariño. Caring Economics: Economías del Cuidado con Cariño.

La reunión en la que se presenta el libro es concurrida. La autora cuenta su experiencia vital y académica. Austriaca, su familia fue perseguida por los nazis, pasó por Cuba y recaló en EEUU. Antropóloga, socióloga y jurista de formación, llegó a la conclusión de que se necesita una teoría más amplia e interdisciplinar de la economía.

Teoría distinta al capitalismo y al socialismo porque, según Riane, no pueden ser los esquemas políticos que han producido el problema los que aporten su solución. El cambio cultural que sustente una nueva economía vendrá del reconocimiento del valor de the care.

La familia, donde the care se desarrolla de manera natural, recupera su papel central. Un Estado con una economía sana necesita políticas de protección de la familia. También son importantes las instituciones que ofrecen cuidado con cariño: escuelas, iglesias, organizaciones de asistencia social, protección del medio ambiente, ONG, etc.

En la empresa igual: si se desarrolla the care, es más humana y eficiente.

Conociendo las corrientes intelectuales norteamericanas no me extrañaría que la Caring Economy se convirtiera en una propuesta atractiva como lo fueron los movimientos postmodernos de los años 60 y 70. No se olviden de esta expresión, ni de Riane Eisler.