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Volver El azote del sismo y la Arquitectura Japonesa

Javier Gracia Rodríguez, Doctor Arquitecto y profesor de la Escuela de Arquitectura , Universidad de Navarra

El azote del sismo y la Arquitectura Japonesa

sáb, 12 mar 2011 10:20:21 +0000 Publicado en La Razón (Madrid)

Tras los terremotos que asolaron el año pasado Chile y Haití surge la inevitable comparación con la situación actual de Japón. Ante un terremoto más devastador, la respuesta de la arquitectura japonesa ha sido incomparable y loable. ¿Dónde radica esta sustancial diferencia? La clave está en el desarrollo tecnológico en materia sísmica que Japón ha ido acumulando desde comienzos del Siglo XX.
La particular localización de Japón, en el Cinturón de Fuego del Océano Pacífico, la convierte en una de las regiones sísmicas más activas del planeta con centenares de temblores a lo largo del año. Esta situación ha propiciado la sensibilización de la arquitectura  japonesa frente a estos fenómenos, hecho que ha derivado en un profundo conocimiento de los mismos así como de los mecanismos resistentes implicados.

Se podría decir que el comportamiento de los edificios sometidos a una acción sísmica es parecido al de un látigo al ser sacudido. Al azotar el látigo podemos observar cómo la sacudida se propaga por todo el cuerpo del mismo, desde el mango hasta el extremo. Trasladado a la arquitectura, el terremoto es la mano que agita la base del edifico y el edificio es el látigo por el que se propaga toda la energía del terremoto.

Para resistir esta agitación la arquitectura japonesa ha optado por dos mecanismos claramente diferenciados. En la arquitectura de pocas plantas, donde el impacto del terremoto es más reducido (resulta más fácil agitar un látigo largo que uno muy corto), se ha optado por hacer estructuras muy rígidas que resistan todo el impacto sin apenas deformarse. Esta arquitectura se caracteriza por el uso de gruesos muros de hormigón. Por el contrario, en edificios de varias alturas, donde esta solución no es eficaz y, sobretodo antieconómica, los ingenieros japoneses han optado por estructuras flexibles. Éstas son diseñadas para que oscilen lateralmente (igual que hace el látigo) de manera controlada y sin sufrir daños sustanciales. Dicha arquitectura  está marcada por el empleo del acero, un material muy resistente y dúctil.

Sin duda alguna, la arquitectura japonesa, devastada durante el "Gran terremoto de Kanto" de 1923, ha aprendido de errores pasados para convertirse hoy en día uno de los referentes mundiales en ingeniería sísmica.