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Diego Maza Ozcoidi, Director del departamento de Física y Matemática Aplicada de la Facultad de Ciencias de la Universidad de Navarra

No sin cierta sorpresa

             

mié, 09 oct 2019 11:16:00 +0000 Publicado en Diario de Navarra

Diego MazaComo otros años por estas fechas, el anuncio inminente de los premios Nobel despierta un poco más si cabe mi curiosidad por las ideas disruptivas que casi siempre estos entrañan así como sus consecuencias. También me resulta fascinante, cuando no inquietante, la forma en que estos premios son recibidos (quizás debería decir percibidos) por la sociedad en su conjunto y en consecuencia, todo lo que se dirá y puede llegar a decirse de ellos.

No obstante, este año debo confesar que al leer el nombre de los premiados en Física me invadió cierto grado de desconcierto. En parte, por el plural de los premiados, es decir, tres investigadores que aunque con puntos de contacto en el objeto de sus investigaciones, han aportado evidencias muy alejadas en el tiempo de fenómenos que en cierta forma pueden considerarse dispares. James Peebles es uno de los padres de una teoría que hoy podríamos tachar de “popular”, sentó las bases de un universo en expansión donde todo lo que existe se aleja de todo.Esta idea, gestada ya hace décadas le valió el Nobel de Física a quienes mostraron la existencia de una forma de radiación no identificada hasta entonces, predicha en las teorías de Peebles aunque este no compartiera el premio con ellos en 1978.Junto con Peebles, Michel Mayor y Didier Queloz, han recibido el galardón de esta edición por aportar medidas precisas que demuestran la existencia de exoplanetas orbitando alrededor de una estrella diferente al sol. Esta observación es sin duda un hito científico remarcable y merece claro está un lugar destacado dentro de los logros de la astronomía moderna.

Ciertamente ambos temas son logros científicos que no pueden ser ignorados. Sin embargo, pasado el anuncio mi ansia por la novedad y el esperado punto de inflexión que suelen implicar los Nobel, no me resultaba para nada obvio. Creo de hecho que el premio de este año, al contrario que el de algunas ediciones pasadas, no dará tanto juego como otros para que se escriban variopintos artículos de prensa plagados de exóticas especulaciones. No obstante, luego de escuchar los argumentos del “chairman” del comité del Nobel resulta claro que este premio consolida un cambio de paradigma histórico. Ese cambio deja de considerar la cosmología como una ciencia (casi) especulativa, para llevarla al campo de la ciencia experimental, donde las teorías pueden y deben alcanzar su validación metrológica y a partir de allí generar nuevos resultados.Desde mi modesta opinión este es sin duda el aspecto central a destacar alrededor de los premiados de este año; más allá de la inmediatez mediática que este tipo de noticias suelen implicar, la metrología a escala cósmica es una realidad que abre nuestro conocimiento a fronteras todavía insospechadas.