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Víctor Pou, Profesor del IESE

La guerra del euro

mié, 08 feb 2012 11:01:04 +0000 Publicado en La Vanguardia

Actualmente las confrontaciones entre potencias no se ventilan en campos de batalla, sino en el terreno de la economía. Hoy en Europa la lucha por el poder continúa pero por derroteros económicos. Estamos asistiendo a lo que algunos analistas denominan guerra del euro.

La Francia de Mitterrand impuso a la Alemania de Kohl, como condición sine qua non de su reunificación, la renuncia a su moneda, el marco, y a su banco central, el Bundesbank, joyas del milagro alemán de la posguerra. Francia quería evitar que una gran Alemania rompiera el equilibrio tras la II Guerra Mundial. Con el tratado de Maastricht Francia diluía la soberanía alemana y preservaba la propia, pero con la llegada de la primera gran "crisis asimétrica" de la zona euro, el invento amenaza con venirse abajo.

Dos grupos de países se perfilan en la zona euro: los ganadores, situados en Alemania y alrededores (centro y norte de Europa) y los perdedores, en la periferia. Francia comparte territorio y pretende hacer de puente pero no puede disimular sus debilidades estructurales. El tradicional eje franco-alemán, gran motor de la UE, ha pasado a ser germano-francés, el que manda en lo económico es Alemania y Francia lo sabe.

Pero la guerra del euro no es sólo cosa de Europa. Las dos grandes potencias del mundo, EE.UU. y China, observan con atención. Mientras Europa procura salir de la crisis reduciendo drásticamente la deuda, EE.UU. pretende seguir viviendo a cuenta de sus acreedores, basándose en el papel del dólar como moneda de reserva universal. Las cifras macroeconómicas norteamericanas son mucho más preocupantes que las europeas, su deuda y sus déficits presupuestario y comercial son astronómicos, pero el dólar aguanta. Su caída llevaría a la ruina no sólo a China, sino a Japón y a otros países y hundiría el comercio internacional. Si el euro desapareciera, habría desaparecido el principal contrincante del dólar, y los poseedores de dólares podrían comprar Europa a precio de saldo.

Estamos ante un verdadero conflicto, pero de carácter económico. Esperemos que la UE acabe ganando, que el euro aguante y que superar la crisis suponga más Europa mediante una plena unión económica, con su doble componente monetaria y fiscal, premonitoria de una verdadera unión política.