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Angel J. Gómez Montoro, , Catedrático de Derecho Constitucional

¿Debe reformarse la Constitución?

sáb, 06 dic 2014 17:17:00 +0000 Publicado en Expansión

Creo que todo planteamiento de reforma de la Constitución debe partir de la validez del pacto de 1978 y del acierto que supuso el Texto constitucional. Esto no quiere decir que fuera perfecto y que no necesite reformas, que se podían y debían haber acometido hace tiempo; pero la Constitución ha ofrecido un marco de convivencia válido y acertado y ha permitido altos niveles de bienestar.

Una segunda idea es que la reforma, por muy necesaria que sea, no debe abordarse si no hay un amplio acuerdo entre los partidos y, en especial, entre los dos grandes partidos de ámbito nacional: PP y PSOE.

Pienso, en tercer lugar, que no debe aspirarse a una reforma de máximos. Sería un error plantearse qué se puede mejorar de la Constitución en general. Primero, por que no creo que sea un buen momento para abrir un proceso cuasi-constituyente y, segundo, porque cuanto más ambiciosa sea la propuesta de reforma más difícil será el amplio acuerdo a que me he referido antes. Por otra parte, sería un error pensar que muchos de los problemas que esta viviendo nuestra democracia exigen o se arreglan con cambios constitucionales: en la mayor parte de los casos se pueden abordar con reformas legales, menos difíciles de llevar a cabo y que permiten cambios más ágiles en el futuro; en otros casos, de lo que estamos necesitados es  más de un cambio de cultura y actitudes que de normas.

El tema cuya reforma debería sin duda abordarse por su urgencia y por el acuerdo que hay en su necesidad es el modelo autonómico. Se puede partir del excelente informe que elaboró el Consejo de Estado en febrero de 2006 y tratar temas como la inclusión de los nombres de las Comunidades Autónomas, el principio dispositivo o el papel de las provincias. Sería también partidario de revisar la distribución competencial entre Estado y Comunidades Autónomas y utilizar como criterio orientador la supresión de duplicidades, de manera que sea claro cuándo una competencia es estatal y cuándo autonómica. Y creo que no debería dejarse pasar la oportunidad de reformar el Senado para que cumpla su papel de Cámara de representación territorial. Hay ya estudios más que suficientes y se trata de elegir entre las diversas opciones. Todas plantean algún problema pero considero que es urgente disponer de un foro en el que estén representadas las Comunidades Autónomas y puedan intervenir en la adopción de aquellas decisiones del Estado que les afectan.

Creo que esta es la reforma más urgente y necesaria. De existir el suficiente consenso y ponerse en marcha el procedimiento de reforma, sería oportuno abordar los otros dos temas que trató el Consejo de Estado en su informe: la modificación del art. 57.1 para suprimir la preferencia del varón a la mujer en la sucesión a la Corona, y el establecimiento de alguna fórmula de recepción en la Constitución del proceso de construcción europea.