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Diego Maza Ozcoidi, Profesor del Departamento de Física y Matemática Aplicada de la Universidad de Navarra

El inicio del viaje hacia las fronteras del Universo

     
mar, 03 oct 2017 12:24:00 +0000 Publicado en Diario de Navarra

Imaginemos una pulga saltando sobre una cama elástica. Y no un trampolín cualquiera, sino uno capaz de soportar incluso un grupo de elefantes sin romperse.  Aunque la analogía pueda resultar ridícula, nos transmite una idea aproximada de lo fuerte y tensa que debe estar la tela con la cual está construida la cama elástica y, sobre todo, lo ridículo que resulta imaginar que pudiéramos percibir, desde su periferia, los saltos de la pulga. Pues bien, algunos científicos sin miedo al ridículo, y tras años de esfuerzo,consiguieron detectar a la pulga.Esto, trasladado al universo, es lo que ha reconocido el Nobel de Física 2017.

Ahondando en la analogía, podríamos asumir que la tela de la cama elástica representa el universo. Esa tela debe estar muy tensa, pues nuestros sentidos la perciben comoalgo imperturbable que hapermanecido así por siempre jamás. Esos mismos sentidos nos dicenque el devenir de los sucesos que ocurren sobre ella, aquello que comúnmente llamamos tiempo, es algo completamente independiente de la existencia de la tela, y por eso los imaginamos como uno independiente del otro.

Sin embargo, la realidad es bien distinta: tiempo y espacio son dos manifestaciones inseparables de la misma realidad, a la que genéricamente llamamos naturaleza. De tal forma quesi perturbamos alguna en cualquier forma, la otra no podrá eludir el sentirse afectada, ya que hablamos de una única realidad.

Como ya se ha dicho, la tela está muy tensa. Necesitaríamos una gran cantidad de energía para perturbarla.Tanta energía como la que liberan dos soles al chocar.Al hacerlo, la onda liberada en el choque deforma el propio espacio por donde viaja, de forma que alterala medida del tiempo en aquellos lugares que atraviesa.

Sobre este principio, LIGO y VIRGIN -como se conoce a los aparatos responsables de las determinaciones de estas alteraciones- son capaces de detectar que tales ondas existen. Asimismo, como la medida del tiempo se ve afectada por el pasaje de la onda, dos relojes en sitios diferentes deberían detectar un pequeño desfase si uno de ellos se encuentra con la onda en un instantedeterminado.Ese desfase es en realidad muy muy pequeño. Muchísimo más pequeño que el que pudiera produciruna pulgasobre una cama elástica. Por esolos relojes deben sustituirse por interferómetros láser: los únicos instrumentos capaces de medir tan mínimas diferencias de tiempo.

No obstante, esa pequeñísima diferencia de tiempo implica, a pesar de su reducida dimensión, un infinito de posibilidades. Al contrario del hallazgo del famoso Bosón de Higgs, en 2013-el cual cerraba por fin un modelo-, LIGO y sus “hermanos” no son más que el comienzo; el principio de una nueva aventura en ese viaje hacia las fronteras del universo.