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“Ser profesor aquí es un maravilloso encargo de nuestro Señor”

Tras 29 años en la Universidad, Tomás Trigo impartió a finales de abril su última clase acompañado de alumnos, profesores y personal de la Facultad de Teología, así como de colegas y amigos de otros centros


FotoManuel Castells/

28 | 04 | 2023

“Ser profesor aquí es un maravilloso encargo de nuestro Señor”. Así lo afirmó el profesor de Teología Moral y sacerdote, Tomás Trigo, durante la última clase que impartió el 25 de abril, en la que estuvo acompañado de alumnos, profesores y personal de la Facultad de Teología, así como de colegas y amigos de otros centros.

Con motivo de esta ocasión, cambió el tema que tenía preparado como última lección centrado en “La noción del amor sui en Santo Tomás de Aquino”, por recordar algunas pinceladas de sus 29 años en la Universidad.

La ilusión se mostraba en su rostro al recordar a tantos compañeros y maestros que le han acompañado, como a don José Luis Illanes, Pedro Rodríguez, José Morales o Teodoro López. Así como algunas de las anécdotas vividas en la Facultad y en Pamplona, entre otras con los profesores Augusto Sarmiento, César Izquierdo y Enrique Molina en sus salidas al monte. O la visita del cardenal Ratzinger, cuando fue investido doctor honoris causa, quien aportó a los profesores tantos consejos para hacer “buena teología” y les habló mucho de la importancia de estudiar a los Padres de la Iglesia.

Mostró su satisfacción por haber podido formar a sacerdotes de tantas nacionalidades que después van a estar repartidos por el mundo “dando razón de la esperanza”, y recordó tres ideas que siempre ha tratado de transmitirles: lo primero, el fundamento de la moral cristiana “que nos recuerda que Dios nos quiere con locura, motivo por el cual nos ha hecho a imagen de Cristo; por tanto, la vida moral consiste en identificarnos con Cristo”; el segundo, que “no podemos depreciar la razón porque no todo es cuestión de fe, si no tendríamos una moral fideísta”; y tercero, que Dios, más que exigir, nos pide nuestro amor. “La moral que Dios nos da está basada en el amor, no en la obligación sin fundamento racional”, dijo.

Asegura que de todos estos años se lleva un mayor conocimiento de la Iglesia, aquí y en otros países, pero sobre todo las enseñanzas que le han transmitido profesores y alumnos: “que no están en los libros ni en Internet, pero que te enseñan a ser mejor persona”.

En su mensaje también tuvo palabras de agradecimientos para la Junta Directiva de la Facultad, para sus compañeros del claustro de profesores y para las secretarias y personal de la Universidad.

Asegura que, excepto terminar bien el curso, todavía no sabe cuáles serán sus planes a partir de ahora, y sonríe al decir que los sacerdotes no se jubilan nunca: “no tenemos miedo al paro”.

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