“Las asociaciones empresariales navarras deben fortalecer su contribución social”
Andrés Mejía, investigador de la Universidad de Navarra, desarrolla un modelo de madurez para ayudar a las asociaciones empresariales a fortalecer su papel como intermediarias de innovación
¨Las asociaciones empresariales navarras deben fortalecer su contribución social¨, destacó Andrés Mejía, autor de la tesis “Análisis de las asociaciones empresariales como intermediarios innovación”, defendida en la Universidad de Navarra el pasado 15 de diciembre y que obtuvo la máxima puntuación de “sobresaliente cum laude”.
Tradicionalmente, las asociaciones empresariales han sido representantes de los intereses de las empresas, y adicionalmente, se han convertido en coordinadoras de la actividad económica y facilitadoras del flujo de información en las industrias, asegura Mejía.
Actualmente, las asociaciones van más allá, y están desarrollando un nuevo rol como intermediarias de innovación frente a sus empresas afiliadas, afirmó. Sin embargo, aunque su labor es muy valiosa, no es evidente y por ello sufren de invisibilidad respecto a otras organizaciones, explica el investigador.
En palabras del autor, esta tesis doctoral pretende profundizar en el estudio del papel de las asociaciones como agentes clave de los procesos de innovación abierta y colaborativa en los ecosistemas empresariales, dinámica que se enmarca en el fenómeno denominado “intermediación de la innovación”.
Este trabajo permitió, en un primer estudio, mostrar cómo el 81% de las asociaciones empresariales considera la innovación como parte fundamental de su plan estratégico”. Como resultado de este trabajo se publicó el libro “Las asociaciones empresariales como motores de la innovación estratégica en las empresas”.
En la segunda parte de la tesis, se muestra cómo las asociaciones empresariales navarras en desarrollar su función como intermediaria de innovación ante sus empresas afiliadas han tenido que evolucionar en aspectos como su visión, misión, estrategia y capacidades. Con el objeto de ayudar a las asociaciones a enriquecer el valor social, Andrés Mejía desarrolló en un segundo estudio con gerentes de 16 asociaciones, representantes de sectores industriales y de servicios, tales como construcción, hoteles, agroalimentaria, TICs, artes gráficas, industrias de maderas, empresas laborales y transporte. Este trabajo permitió proponer un Modelo de Madurez de la Capacidad de Intermediación de la Innovación, y también definir el concepto de asociaciones empresariales como Comunidades de Innovación Colaborativa.
Fruto de este trabajo, se desarrollarán acciones de difusión de resultados y de informes individuales a las asociaciones que activamente han participado desde el año 2014 en las diferentes etapas de la tesis, pero es especialmente relevante que se va a crear una red de expertos internacionales en intermediarios de innovación donde se van a integrar a diversas asociaciones empresariales de Navarra con el objeto de diseñar herramientas y material de formación que puedan ayudar a las asociaciones a alcanzar la etapa máxima de desarrollo como intermediario de innovación y donde las mismas son el referente de un ecosistema de innovación colaborativa.
El trabajo ha sido realizado por el grupo de investigación ¨Innovation Decisions in Business Environment¨, de la Facultad de Económicas de la Universidad de Navarra, compuest por José Antonio Alfaro (coordinador del grupo y director de la tesis aquí presentada), y las investigadoras Mónica Recalde, María Isabel Rodríguez y Elena Sanjurjo.
7 etapas para avanzar hacia la excelenciaEl modelo de madurez, presentado en la segunda parte de la tesis desarrolla las siete etapas que las asociaciones siguen para ir más allá de su papel como representante de sus miembros a ser un referente dentro de una red de organizaciones que tenga como objetivo que las empresas asociadas sean más competitivas. Para ello, se han definido una serie de factores claves que explican cómo pasar de una etapa a otra y se ha desarrollado una herramienta que permite analizar la situación actual de cada asociación y determinar, de este modo, un plan de acción para en un plazo de tiempo de 2-5 años ser un referente en el ámbito de la innovación colaborativa.