"Las religiones intervienen en las cuestiones públicas porque las personas que las practican también son parte de la sociedad"
Una investigadora brasileña ha tratado el papel de la Iglesia católica en la defensa de los derechos sociales tras la dictadura de Brasil
FOTO: Natalia Rouzaut
“Las religiones intervienen en las cuestiones públicas porque las personas que las practican también son parte de la sociedad”. Así lo ha afirmado Lilian Pinto Sales, investigadora de la Universidad Federal de São Paulo (Brasil), durante una visita al Instituto Cultura y Sociedad (ICS) de la Universidad de Navarra. Según la experta, a pesar de que existe una separación entre Iglesia y Estado como instituciones, es difícil delimitar una frontera entre religión y sociedad civil ya que sus actores transitan entre ambas esferas.
Pinto Sales ha puesto como ejemplo el caso de Brasil donde, tras dos décadas de dictadura, la Iglesia católica tuvo un papel muy importante en el periodo de democratización. “Muchos movimientos defensores de los derechos en Brasil nacieron muy próximos a la Iglesia católica” y se sigue notando su influencia a pesar de que, ahora, son autónomos, ha asegurado. Es el caso del Movimiento de los Trabajadores Rurales Sin Tierra (MST), el mayor movimiento social brasileño.
Para la investigadora, la Iglesia católica fue un actor fundamental en la defensa de derechos civiles y en la democratización del país y todavía juega un papel muy importante. Esto se puede comprobar en acciones como el sínodo de la Amazonia, celebrado en octubre de 2019, donde se defendieron los derechos a la tierra, los derechos de los indígenas y el medioambiente.
La iglesia como defensora de derechos en BrasilLa experta ofreció un seminario en el proyecto ‘Religión y sociedad civil’ del ICS sobre activismo católico y derechos en Brasil. Según Pinto Sales, la Iglesia defendió los derechos en Brasil a nivel legal y social. Por un lado, logró que la constitución garantizara “el derecho a la salud universal, derecho a la vivienda, derecho a tierras para los indígenas y quilombolas, derechos de la infancia…”, ha citado.
Por otro lado, la Iglesia también favoreció la diseminación y socialización de estos derechos. Según ha señalado, esta institución tenía gran influencia en el país, el 90% de los ciudadanos eran católicos en los años ochenta y todos los lugares tenían su parroquia. Así, se crearon las llamadas ‘campañas de fraternidad’ que enseñaban libertades hasta entonces desconocidas para la población tras la dictadura.
Esta defensa de derechos sociales posicionó a la Iglesia en contra del gobierno dictatorial de inicios de los ochenta. Enfrentamiento que desapareció en los años de democratización. La experta ha recordado que, en los conflictos y en la defensa de derechos, nunca se encontraba la Iglesia como institución, sino que ciertas esferas de los católicos se movilizaban. “Hay ramas de la Iglesia católica que no actúan políticamente o en la sociedad civil”, ha añadido. Mientras que otras, como pastoral carcelaria, pastoral de la infancia y la adolescencia o pastoral de la tierra, actúan directamente en la sociedad.