Mira al cielo y cuenta, si puedes, las estrellas
El belén de las Facultades Eclesiásticas de este año reúne a las innumerables personas que trabajan y estudian allí.
Tiene más de cuatrocientas "figuras". Lo encabeza un versículo del Génesis: «Mira al cielo y cuenta, si puedes, las estrellas» (Génesis 15, 5). Esta frase de Dios a Abraham representa el resumen simbólico de este Belén. En esta esquina del campus muchos personajes se acercan al Portal para adorar al Niño que nacerá en Belén. El cielo aparece salpicado por diminutos puntos de luz que son los alumnos que iluminan la Nochebuena. Son el grupo más numeroso.
Además de Jesús, María y José, encontramos a Jasid, el perro fiel de la Sagrada Familia, que publicó hace unos años sus recuerdos. Por supuesto, no faltan la mula y el buey para dar calor al Niño Dios.
Alegran la escena veintitrés ángeles que cantan los primeros villancicos de la Navidad. Son las personas que hacen posible esta maravilla de la Nochebuena: Secretaría, Servicio de Limpieza y gestión de eventos, Orden y Seguridad, Comunicación, Servicios Informáticos, Biblioteca, Faustino, Correo, Mantenimiento, Promoción, etc.
Tres pastores -los decanos, cada uno con el color de su veste académica- dirigen un amplio rebaño que ocupa la parte central del Belén: son los profesores e incluso hay una oveja negra egregia (del latín ex grege).
Este pequeño y sencillo belén ha sido fabricado por varios profesores –ex profeso– para las Facultades Eclesiásticas en sus ratos libres. Las toscas figuras están hechas con una pasta de modelar que se seca al aire libre y están decoradas con témperas. Iluminan la escena varias bombillas Led de bajo consumo.
San Josemaría recomienda en el punto 557 de Camino esta secular tradición cristiana: «Devoción de Navidad. —No me sonrío cuando te veo componer las montañas de corcho del Nacimiento y colocar las ingenuas figuras de barro alrededor del Portal. —Nunca me has parecido más hombre que ahora, que pareces un niño».