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Volver 2014_05_14_ICS_Si no existe empatía, la relación entre médico y paciente no puede funcionar como debería

"Si no existe empatía, la relación entre médico y paciente no puede funcionar como debería"

José Antonio Gutiérrez, consejero honorífico de la Fundación Lilly, intervino en el I Encuentro ‘Academia y Sociedad', organizado por el ICS

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FOTO: Carlota Cortés

José Antonio Gutiérrez, consejero honorífico de la Fundación Lilly (Cátedra de Educación Médica) pronunció la conferencia ‘Formación y competencia emocional en la educación médica' en la mesa redonda ‘Conflictos emocionales en la asistencia médica', organizada por el Instituto Cultura y Sociedad (ICS). También participaron Pilar León, profesora de la Facultad de Medicina y colaboradora del Instituto; Carmen Hijós, secretaria general del Colegio Oficial de Médicos de Navarra; y María Isabel Saracíbar, decana de la Facultad de Enfermería.

La actividad formó parte del I Encuentro ‘Academia y Sociedad'. Este foro, abierto a todos los ciudadanos, fue organizado por el proyecto ‘Cultura emocional e identidad' del ICS y contó con el patrocinio de Seguros Zurich. En él se analizó la construcción de contextos emocionales saludables tanto en el ámbito educativo como en la asistencia médica y en la empresa.

¿Qué importancia tiene la adecuada gestión de las emociones en el ámbito sanitario tanto en la prevención como en la atención a los pacientes?

La relación entre médico y paciente  es el acto fundamental de la asistencia sanitaria. Se trata de una relación entre una persona, el paciente, que tiene una enfermedad -y que, por tanto, demanda ayuda- y otra persona, el médico, que posee los conocimientos para ofrecerle ayuda. Debemos aspirar a que se dé un trasvase tanto de los sentimientos del paciente que requiere una atención como de los sentimientos de intención, agrado e incluso interés por ayudar por parte del profesional. Sin esa empatía, la relación no puede funcionar como debería. Por tanto, el manejo de las emociones y la conciencia clara de que están ahí resulta fundamental en el acto médico.

¿A qué conflictos emocionales se enfrentan los médicos?

El médico debe creer en lo que hace y tener vocación por ayudar al prójimo.  Eso tiene que ver con sentir la necesidad de volcarse en la persona que sufre, que tiene una patología o requiere ayuda. Si esto no existe de fondo, se crea un conflicto emocional para el profesional porque está haciendo algo que realmente no le gusta y también para el paciente, que no ve atendida su demanda de ayuda.

¿Cómo se puede mejorar la formación de los médicos para que sepan gestionar mejor las emociones las propias y las que surgen en la relación con los pacientes?

Es imprescindible que exista un espíritu, una vocación previa. Se puede mejorar a través de la educación y de la formación de los médicos, pero fundamentalmente a través de la vivencia: que los alumnos vivan las situaciones de la mano de sus maestros y que aprendan a través de ellos a relacionarse mejor y entender qué le ocurre a los pacientes. El estado emocional varía según las circunstancias y eso repercute en la práctica de la asistencia sanitaria, como en cualquier otra profesión. La satisfacción que reporta o que debe reportar para un buen médico la asistencia, la relación con los pacientes y la enseñanza suponen grandes estímulos.

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