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La editorial EUNSA ha publicado “El arte creador en san Buenaventura. Fundamentos para una teología de la belleza”, cuya autora es la profesora de la Facultad de Teología Isabel María León.

San Buenaventura es uno de los teólogos medievales que dio mayor espacio a la belleza y al arte en su comprensión de la realidad. Fiel a la inspiración de san Francisco, tuvo una particular sensibilidad para descubrir la presencia de Dios en todos los seres y gozar de su hermosura y bondad. Comprendía las criaturas como lenguaje expresivo de la belleza y perfección de su Artífice, como don amoroso que Dios otorga al hombre para embellecer y alegrar su vida. Estos aspectos del pensamiento bonaventuriano han sido redescubiertos especialmente a partir del último tercio del siglo XX. Sin embargo, se había prestado menor atención a sus ideas sobre el arte divino creador, en el que se encuentra el fundamento de la belleza expresiva de las criaturas: es el tema que se indaga en esta obra.

Tras presentar el contexto histórico y la tradición intelectual donde se inserta el pensamiento de san Buenaventura, se estudia en primer lugar su modo de entender el arte humano, y se analiza la matizada comparación que estableció entre el modo de producir por arte o por naturaleza. Después se considera en qué sentido planteó la analogía entre el arte del hombre y la acción creadora de Dios, precisando las semejanzas y diferencias entre la operación de ambos agentes, como consecuencia de la suma perfección del Artista divino. Estas cuestiones tienen importantes consecuencias para comprender la trascendencia y la libertad de Dios, y lo que define la realidad creatural.

Como el Artífice creador es Dios Trino, se estudia la posibilidad de contemplar la comunión trinitaria de la acción creadora según la estructura propia de una operación artística (que en el pensamiento bonaventuriano se caracteriza por la articulación de potencia, sabiduría y benevolencia). El camino para establecer ese paralelismo viene proporcionado por la doctrina de las apropiaciones. En el arte creador, san Buenaventura atribuye al Padre la omnipotencia, como primer origen de la fecundidad creadora; refiere al Hijo el proceso de distinción y gobierno del universo en cuanto Verbo del Padre, ejemplar de suma belleza donde se expresan las formas de los seres creados y las leyes que los rigen; relaciona con el Espíritu Santo el motivo de la creación: la comunicación benevolente y generosa de Dios, que por amor decide hacer partícipes de su bondad a las criaturas.

Por otra parte, en el seno de Dios Trino, san Buenaventura contempla al Hijo como “arte” del Padre, por quien y para quien han sido hechas todas las cosas. A partir de aquí plantea con gran profundidad la dimensión reveladora del acto creador, pues en el Verbo-Arte se revela plenamente el misterio de Dios y la verdad radical de todo cuanto existe. El desarrollo de estas ideas lleva a comprender que la belleza de cada criatura es una semejanza expresiva de alguna faceta de la belleza de su Artífice. Se descubre así la creación como una comunicación de Dios a sus criaturas inteligentes para que en la belleza de sus obras conozcan la suma belleza de su sabiduría y bondad, invitándoles a corresponder al don de su amor.

De este modo, el análisis del arte divino creador no sólo contribuye a conocer con más profundidad el pensamiento estético de san Buenaventura sino que resulta esclarecedor para ahondar en cuestiones teológicas fundamentales como la consistencia propia de lo creado, la dignidad del hombre-artista y su misión en el universo, la estructura trinitaria del acto creador, la mediación expresiva del Verbo, etc. Dentro de la tradición agustiniana, san Buenaventura contempla el universo como un inmenso poema constituido por las criaturas como palabras amadas pronunciadas por Dios, canto de armonía multiforme en el que resuena de modo finito la suma belleza de la única Palabra infinitamente amada y amante.

Ficha del libro

Isabel María León Sanz, El arte creador en san Buenaventura. Fundamentos para una teología de la belleza, Eunsa, Pamplona 2016, 15.5 x 24, 429 pp.