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El valor de la tenacidad

Testimonio de Tadeo Ssemanda, estudiante ugandés de 1º de Teología

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Tadeo Ssemanda estudia 1º de Teología. FOTO: Manuel Castells
11/03/14 13:30 Fina Trèmols

Tadeo Ssemanda nació en 1989 en la diócesis de Masaká, distrito de Rakai, en Uganda. Es el benjamín de seis hermanos. Es huérfano. Sus padres murieron con un año de diferencia cuando él era pequeño. No los recuerda. Les crió su tía María, hermana de su madre, que vive en Kampala, capital de Uganda. Él le llama madre y dice de ella que "es una mujer con un corazón muy grande".

María es una mujer cristiana, que acude a misa todos los días. Enseñó a Tadeo y a sus hermanos a rezar el Rosario y otras oraciones.  "La religión empieza en la familia, asegura Tadeo; si no, es muy difícil descubrir una vocación".

Cuando cursaba cuarto de primaria empezó a acolitar en la misa de la parroquia. Allí trabajan unos misioneros llamados "Los padres blancos". A Tadeo le llamó la atención ver cómo vivían esos sacerdotes y pensó que él también quería ser sacerdote. Quiso ir al seminario menor, pero no pudo. Su madre trabajaba con una máquina de coser, pero el salario no le llegaba para poderle dar a Tadeo unos estudios.

A través de Cáritas de la República Checa encontró una beca con la que pudo ir a estudiar a una escuela secundaria, que estaba cerca de una parroquia, en la diócesis de Kasaná-Luweero. Allí también acolitaba todos los días en la misa de la parroquia.  Después de cuatro años allí, terminó la mitad de la escuela secundaria y con la ayuda de la misma organización entró en el seminario menor, donde hay pocos sacerdotes todavía, ya que es una diócesis joven, de apenas 16 años. Allí permaneció dos años.

Una vez terminada la escuela secundaria tuvo 10 meses de vacaciones y regresó a Kampala. Encontró un trabajo en "Mobile Money", un negocio en una compañía de móviles. Necesitaba ganar dinero para poderse pagar los estudios en el seminario mayor. Mientras, Tadeo acompañaba a Father Antony, un sacerdote del Opus Dei con quien visitaba a los enfermos de cáncer en un hospital cercano.

Con el dinero que ganó en "Mobile Money" pudo comprarse las sábanas, la manta y los libros que necesitaba para ingresar en el seminario diocesano de St. Mbaaga, en Kampala. Por fin Tadeo vio su sueño cumplido. En aquel momento había allí 158 seminaristas. Durante sus vacaciones, ayudaba como voluntario en una organización de enfermos de cáncer y limpiaba sus habitaciones y charlaba con ellos. Un día Father Antony le habló de la posibilidad de ir a estudiar a la Facultad de Teología de la Universidad de Navarra y vivir en Bidasoa. "Si quieres puedo hablar con tu obispo: podemos trabajar para conseguirte una beca", le comentó. A Tadeo le pareció bien. Consiguió una beca y el obispo le autorizó a que se marchara a Pamplona.

Tadeo solo había salido de Uganda para ir a Kenia. Llegó al aeropuerto de Madrid-Barajas el 24 de julio del año 2013. No sabía nada de español. No entendía nada. Cuando llegó el invierno sintió tanto frío que no quería salir de Bidasoa para ir a la universidad.

"La Universidad de Navarra, explica Tadeo, tiene un ambiente perfecto para estudiar. Los profesores de la Facultad son muy buenos. Cuando alguien no entiende todavía el castellano, puede hacer los exámenes en inglés, francés, portugués…".

Le pregunto por qué quiere ser sacerdote y sin pensárselo me contesta: "quiero servir a Dios y a su pueblo. Veo a Dios en las personas mayores y en los enfermos".

Tadeo está todavía en primero de Teología, pero sueña con el día en que pueda ser ordenado diácono, y volver a su país, y empezar cuanto antes a servir en una parroquia, y visitar enfermos, y … lo que Dios quiera.

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