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Fallece Enrique Sendagorta, empresario y humanista

El pasado 5 de enero falleció en Madrid, a la edad de 93 años, Enrique Sendagorta Aramburu, Presidente de Honor del Instituto Empresa y Humanismo.

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05/01/18 16:36

Nacido en 1924 en la villa vizcaína de Plencia, en una familia de larga tradición de marinos y empresarios, se doctoró en Ingeniería Naval en la Escuela Especial de Ingenieros Navales de Madrid, y completó su formación con un máster para altos directivos de empresa, en su primera promoción, por el IESE (Universidad de Navarra). Casado con María Luz Gomendio, fue padre de seis hijos.  Uno de ellos, Jorge Sendagorta, es presidente de Sener y del Círculo de Empresarios Vascos

Trayectoria empresarial

Enrique Sendagorta ha sido una figura central en el desarrollo industrial y tecnológico del País Vasco y de España desde que en 1956 fundara, junto a su hermano José Manuel, la empresa de ingeniería naval SENER. Al principio como grupo naval, SENER acabó convirtiéndose en uno de los mayores grupos industriales de España y del mundo, trabajando para sectores tan importantes como el energético, las telecomunicaciones, el aeroespacial o las infraestructuras. Sendagorta fue también fundador y primer Presidente Ejecutivo de Petronor en 1968, y fue Consejero Delegado del Banco de Vizcaya y Vicepresidente de su Consejo de Administración y Consejero del BBV, hasta su fusión con Argentaria avanzados ya los años noventa. A lo largo de sus más de 60 años de carrera profesional, fue igualmente Director General de Comercio Exterior, vocal del Consejo de la Junta Nuclear, y consejero y Director General de la Sociedad Española de Construcción Naval.

En reconocimiento por su trayectoria profesional, fue merecedor, entre otras, de las siguientes distinciones: Premio Reino de España a la Trayectoria Empresarial (2014), Medalla de Miembro de Honor del Instituto de la Ingeniería de España (2014), Premio Nacional a la Trayectoria Innovadora del Ministerio de Ciencia e Innovación (2011), Premio Ingenia de la Escuela de Ingenieros de Bilbao (2004), Premio de la Asociación de Ingenieros Navales a la mejor trayectoria profesional y social (1999), Gran Cruz del Mérito Naval (España, 1965), Verdienstkreutz mit Stern (Alemania, 1963) y Cruzeiro do Sul (Brasil, 1962).

Véanse aquí algunos perfiles personales y profesionales publicados en los medios de comunicación con motivo de su fallecimiento.

Enrique de Sendagorta y el Instituto

Enrique Sendagorta estuvo vinculado a Empresa y Humanismo desde sus orígenes, y sucedió a Luis Mª de Ybarra y Oriol como Presidente del Instituto en 1996. Durante su presidencia, entre 1996 y 2011, las actividades de Empresa y Humanismo crecieron y se ampliaron con el lanzamiento de un Máster y un Doctorado en Gobierno y Cultura de las Organizaciones, además de sus ya tradicionales jornadas, seminarios y publicaciones. D. Enrique, como se le conocía en el Instituto, siempre mostró en todas esas actividades la pasión, el interés y el apoyo que también recibieron tantos de sus emprendimientos en el mundo de la empresa. En 2011, cuando fue nombrado Presidente de Honor del Instituto –cargo que mantuvo hasta su fallecimiento- se le brindó un Homenaje Académico en Pamplona, con el que se celebraron también los 25 años del Instituto. En aquel homenaje, Alejandro Llano describió así la contribución de Enrique de Sendagorta al Instituto: “Son ya muchas las personas y las instituciones a las que Empresa y Humanismo, y quienes en el Instituto hemos trabajado, debemos nuestro reconocimiento y nuestra gratitud: académicos y empresarios que han puesto generosamente sus conocimientos y sus energías al servicio de la investigación y la transmisión de un saber acerca del lado humano y social de las corporaciones empresariales. Entre ellos, y en lugar muy destacado, figura como un foco de claridad, la rica personalidad profesional y humana de D. Enrique de Sendagorta”.

Jaume Aurell, actual Director del Instituto, recuerda con estas palabras el constante apoyo de Enrique Sendagorta a sus actividades: “Cuando me incorporé a la dirección del Instituto, Enrique Sendagorta era ya su presidente de Honor y, por tanto, no tenía ya la responsabilidad de su impulso directo. Sin embargo, me impresionó vivamente la intensidad con las que seguía las reuniones periódicas del Patronato del Instituto, la atención con la que atendía los comentarios de los académicos que formamos parte del Patronato y, en definitiva, su pasión por fomentar ese diálogo tan fecundo (pero tan complejo de conseguir) entre intelectuales y empresarios. Ninguno de los que estábamos en esas reuniones dudábamos de que estábamos ante una persona y un empresario excepcional, pero al mismo tiempo cada vez conseguía sorprendernos con su actitud del que siempre está aprendiendo, con una genuina escucha y acogida de las ideas de los demás, por muy jóvenes e inexpertos que fuéramos.”

Véanse aquí otros testimonios del libro que se editó con motivo del Homenaje.

Las ideas y el humanismo de Enrique de Sendagorta

No sólo con su apoyo constante, sino también con sus ideas y reflexiones, Enrique de Sendagorta contribuyó a ir moldeando el espíritu y el pensamiento que han alentado las actividades del Instituto en las dos últimas décadas. Suyas son las siguientes palabras, pronunciadas en el ya citado Homenaje de 2011: “En nuestra sociedad, el objeto supremo es el dinero, y el humanismo, esto es, la consideración de la dignidad de todo hombre como criatura de Dios, más bien se va debilitando. No se acepta, ni se ve como premisa obligada, que el progreso económico deba ir vinculado al desarrollo integral humano y social; se persigue el primero, pero en la mayoría de las empresas no se procura esforzadamente el perfeccionamiento del hombre en su totalidad. Olvidamos que el progreso debe ir sobre dos categorías estrechamente unidas: la razón y la libertad. La primera es justicia, es bondad, es poder del bien y para el bien, y la segunda es camino del hombre a su plenitud. Así, el progreso que aporta una empresa es tanto el incremento de riqueza como la mejora de los hombres, que deben poder avanzar a su bien más universal y más pleno”.

De su colaboración con Empresa y Humanismo nos quedan algunos textos que en este momento merece la pena recordar, y que son testimonio vivo de su pensamiento humanista y de su compromiso con la sociedad.

Como buen humanista, Enrique de Sendagorta era una persona con gran sensibilidad, con una cultura y una pasión extraordinarias por la pintura, la historia, la literatura y, muy particularmente, por la música. Por eso, además de sus escritos sobre la empresa, también cultivó otros intereses, que quedaron plasmados en libros como Indomables del mar (2014), La mujer sin sombra: Una narración del cuento de Hugo von Hofmannsthal (2009), ¡Aquí estamos!: Recuerdos autobiográficos de mi familia y de mis tiempos (2008), Europa entre dos luces. ¿Declive o resurgimiento? (2007), El afecto a la empresa (2005).

Galería de imágenes (Enrique de Sendagorta y el Instituto) 

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