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Marcela Duque, antigua alumna de la Facultad de Filosofía y Letras, ganadora del Premio Adonáis

Se trata de uno de los reconocimientos más prestigiosos en el mundo de la poesía

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Marcela Duque, antigua alumna de la Facultad de Filosofía y Letras, ganadora del Premio Adonáis de Poesía. FOTO: Cedida
04/02/19 10:36 María M. Orbegozo

Marcela Duque, antigua alumna de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Navarra, ha sido galardonada con el Premio Adonáis de Poesía, uno de los reconocimientos más prestigiosos del mundo en este sector. Asegura que “entrar a formar parte de esta colección, que tanto me ha acompañado y en la que he leído poemarios estupendos, ha sido un gran honor. Además, “saber que poetas a los que admiro han leído mi poemario y lo han visto merecedor del premio ha sido una alegría muy íntima y un tanto desconcertante, que me ha llenado de un agradecimiento muy hondo”, añade.

Según cuenta, “Bello es el Riesgo”, la obra que le ha valido el premio, “surge un poco por azar. Un poema se va sumando a otro, hasta formar lo que podría parecer un poemario”. Sin embargo, explica, “hay una unidad de fondo que vi con claridad tras una relectura del Fedón. Pensé que en mi vida también están presentes las tres grandes pasiones de Sócrates: la poesía, la filosofía y lo divino. Estos tres amores se entrelazan en mis poemas, en mis quehaceres filosóficos, en mi búsqueda de lo divino. Aunque originalmente no lo pensé de esta manera, “Bello es el riesgo” terminó por consolidarse en un homenaje a Sócrates, un auténtico maestro de la vida”. Licenciada en Filosofía, piensa que “una mirada filosófica puede ser también poética”: “Ambos se ocupan de cuestiones universales y tienen su origen en el asombro. Yo suelo incluir en el “amante de los mitos” al amante de las artes, especialmente la poética, que está esencialmente compuesta de aquello de lo que uno se admira. La unidad entre filosofía y poesía está detrás de “Bello es el Riesgo” y en mi vida”.

En la actualidad, Marcela realiza un doctorado en Washington: “Un breve paso por Estados Unidos, en un curso de latín, y varias conversaciones, me convencieron de que este país era la mejor opción para mí. Creo que actualmente hay una especie de renacimiento de los clásicos, las artes liberales, la filosofía, que me parece inspirador y esperanzador. El ambiente pragmatista y consumista que parece definir la cultura norteamericana no está muy presente en mi día a día, ni en mi facultad, ni en mis compañeros de la universidad, y por esto me siento muy a gusto en estas tierras”.

Preguntada por sus recuerdos de su paso por la Universidad de Navarra, asegura sentir “cierta nostalgia, un gran cariño y agradecimiento: los profesores y mis compañeros, la biblioteca que tanto añoro, los talleres de escritura con Julia Fernández Tellechea y las innumerables actividades culturales”. Oriunda de Colombia, sus años de estudio en el campus “me abrieron a la cultura española, que tanto quiero. Vivir en España, más allá de la vida universitaria, trajo consigo un sinfín de experiencias, planes, paisajes que hicieron que mis años de carrera valieran por mil y que ahora forman parte de mi mirada poética”.

Por todo ello, anima a los alumnos que el próximo curso empezarán el grado en Filosofía “que piensen que sus principales maestros son los clásicos, y sus principales interlocutores sus profesores y compañeros”. A los de cuarto curso que este año finalizarán su formación académica les sugiere “ver su diploma de graduado como una responsabilidad. Hay un cierto acto de rebeldía en optar por estudiar filosofía, pues uno se sabe nadando contra corriente. Que no se olviden de esos ideales que los movieron a estudiar filosofía y que tienen la misión de seguir cultivando en sus vidas y en las de los demás una actitud reflexiva y un sincero amor por la verdad”.

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