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Volver entrada_virgen_socorro_01_07_2022

Litografías valencianas de la Virgen del Socorro de Ágreda


FotoCedida/Detalle de la litografía de la Virgen del Socorro de Ágreda

En 1865, un canónigo de la catedral de Valencia nacido en Ágreda, don Melitón Gómez, encargó y costeó sendas litografías de la Venerable María Jesús de Ágreda, una como evangelizadora en Nuevo México y otra con su árbol genealógico. Así lo hizo constar en las inscripciones de las grandes láminas. Sin duda que en aquel mismo momento se hizo cargo de encomendar a los mismos artistas que habían realizado las anteriores, otras estampas con destino a la localidad soriana, concretamente la de la famosa Virgen del Coro de las Concepcionistas y de la Virgen del Socorro de las Agustinas de la misma localidad, que nos ocupa. Todas fueron obra de Vicente Aznar Procar, pintor y litógrafo, nacido en Valencia en 1835 y fallecido en la misma ciudad en 1895. Fue discípulo de la Escuela de San Carlos de la ciudad del Turia, en la que obtuvo diferentes premios. En la Exposición Regional de 1867, presentó, con gran éxito, una lámina de Nuestra Señora de los Desamparados que fue muy aplaudida. 

Las tiradas de todos estos iconos agredanos se hicieron en el establecimiento litográfico de Nicolás Sanchís. 

El promotor de la estampa fue, sin duda, don Melitón Gómez, nacido en la localidad soriana en 1810. El párroco de Ágreda lo juzgaba, en tiempos de seminarista, como “humilde y con inclinación al estado eclesiástico, sin vicios, retirado y poco bullicioso en el aula y en la iglesia”. En 1828 recibió la clerical tonsura. En 1831 aparece como familiar del obispo oratoriano Pablo García Abella, titular de Tiberiopolis y auxiliar de Madrid, siguiendo los estudios eclesiásticos en el Colegio de Santo Tomás de la Corte. En 1832 fue ordenado subdiácono y en 1833 como sacerdote, en este caso por el mismo obispo, entonces titular de la seda calagurritana, al que servía como familiar. Tuvo un hermano, de nombre Félix, que abrazó también el estado eclesiástico y llegó a ser canónigo de Valencia. El prelado que protegía a estos canónigos agredanos, don Pablo García Abella (1776-1860), ocupó la mitra de Calahorra entre 1835 y 1848, aunque estuvo desterrado por los gobiernos liberales entre 1837 y 1848. En este último año fue preconizado arzobispo de Valencia, ciudad en la que falleció en 1860.


Litografía de Nuestra Señora del Socorro de Ágreda, por Vicente Aznar, c. 1865

En la inscripción de la estampa, que mide 310 x 213 mm., leemos: “V. AZNAR Litº Litª de SANCHIS. Valencia / NUESTRA SEÑORA DEL SOCORRO / ABOGADA DE LA BUENA MUERTE Y FELICES PARTOS. / Se venera en el Convento de Religiosas Agustinas de la Villa de Ágreda / Por rezar una Salve ó Ave María tiene muchas indulgencias / de varios prelados”.

Existe otra versión de tamaño menor (215 x 152 mm.), obra de los mencionados Aznar y Sanchís, muy parecida a la anterior pero más simplificada, con un delantal más ligero en decoración, sin la peana y los ángeles con el sol y la luna y sin el arco de medio punto con grandes ramos de flores. La inscripción, más abreviada que en la estampa de mayor tamaño, reza así: “V. AZNAR  litº. Litª de SANCHIS. Valencia / Nª SEÑORA DEL SOCORRO / ABOGADA DE LA BUENA MUERTE / Que se venera en el Convento de Religiosas / Agustinas de la Villa de Ágreda”.


Otra versión litográfica de Nuestra Señora del Socorro de las Agustinas de Ágreda, c. 1865, por Vicente Aznar

La imagen y un trampantojo dieciochesco

La Virgen del Socorro fue una conocida imagen del convento de Agustinas Recoletas de Ágreda, fundado en 1660 con religiosas procedentes de Valladolid. El cronista agustino Alonso Villerino nos da cuenta de su origen vallisoletano, así como leyendas maravillosistas en torno al icono mariano, en estos párrafos: “Hay en este convento una imagen, cuya vocación es Nuestra Señora del Socorro, fabricóse en Valladolid, y al tiempo de fabricarse, hicieron las madres recoletas del convento de aquella ciudad muchas oraciones, suplicando con eficacia al Señor, que fuese servido de que saliese muy hermosa. Comenzó a conocerse luego la eficacia de las oraciones del convento, pues el maestro que la estaba haciendo, muchas veces aseguró que, cuando los instrumentos con que trabajaba se le caían al suelo, sin bajarse por ellos, ni saber cómo, se los volvía a hallar en la mano. Al mismo tiempo fue revelado a una religiosa de dicho convento, que al escultor que la hacía, le asistieron seis ángeles todo el tiempo que la fabricó y la ofreció a esta religiosa Nuestro Señor, que su Santísima Madre asistiría en el rostro de aquella santa imagen muy de ordinario. Y lo cierto es, que es tal la hermosura del rostro desta imagen, que parece que da testimonio, de que es efecto de soberana asistencia. A un sacerdote que asistió con gran celo a la fundación del convento de Ágreda, se le apareció dos veces, en una grave enfermedad que tuvo esta santa imagen y cobró entera salud con tan soberana asistencia. Unánimes aseguran las religiosas deste convento que, en los días de la Asunción, Encarnación, Concepción y sus octavas destos misterios, reconocen, a lo que alcanzan, que en el rostro de eta imagen reverberan extraordinarias luces, pareciendo mayor su hermosura, que la ordinaria. Lo mismo dicen que ha aparecido a diferentes personas eclesiásticas de fuera de la religión en dichos días. También repararon, que se reconoce el rostro de la imagen esta mayor hermosura cuando muere alguna religiosa en el convento, aunque con diferencia, porque en la muerte de unas, es mayor la belleza que les parece reconocen, que en la de otras”

Al parecer, según algunos testimonios que no se prueban documentalmente, la imagen sufrió grandes desperfectos a consecuencia de un incendio, tras lo cual se rehízo totalmente, con título y advocación de la Consolación, tal y como se venera en un colateral de la iglesia del citado convento. Si la transformación existió realmente, se modificó la posición de las manos -antes juntas, a nivel de la cintura sosteniendo un ramo de vistosas flores y una larga costura en el centro del delantal que parece quiere representar la correa agustiniana-, a la vez que se simplificó su vestimenta con una gran túnica y manto, eliminando el tradicional corpiño y el faldón.

Junto a las estampas delicadas litográficas, se conocen otras representaciones de la Virgen del Socorro. Concretamente algún trampantojo pintado sobre lienzo, en donde figura aparece vestida a la usanza dieciochesca, con faldón a modo de embudo y corpiño con cintura estrecha. El típico rostrillo con dos joyas de la Virgen del Pilar y la cruz de Caravaca y una corona imperial con ráfaga constituyen su tocado. El tejido de sus ropajes es el usado en los espolines hispanos del momento, con flores ricas de vivo colorido. La gran corona de plata fue robada por los franceses en 1808, junto a otras valiosas piezas del convento.

Una inscripción inferior en letras minúsculas la identifica en uno de los trampantojos como la “miraculosa imagen” de la Virgen del Socorro de las Agustinas de la Villa de Ágreda. Es posible que esos trampantojos sean obra del pintor Miguel Pimpinela, que realizó el gran lienzo del antiguo retablo mayor de la iglesia del convento, con el tema de la Asunción de la Virgen, cuya parte inferior se conservaba la portería, con la correspondiente firma. La grafía de esta última se asemeja a la inscripción del cuadro al que nos referimos. La cronología de la pintura se ajustará a la estancia del citado pintor en estas tierras, que no debió de distar mucho de su presencia en la vecina Navarra, en donde se documenta en 1725, concretamente en Sangüesa, para decorar, al fresco, la cúpula de la capilla de San Román en la parroquial de Santiago.

Para saber más

ALDANA FERNÁNDEZ, S., Guía abreviada de artistas valencianos, Valencia, Ayuntamiento, 1970, p. 37
FERNÁNDEZ GRACIA, R., Iconografía de sor María de Ágreda. Imágenes para la mística y la escritora en el contexto del maravillosismo del Barroco, Pamplona, CajaDuero, 2003, p. 189

LABEAGA MENDIOLA, J. C., “Notas para la historia del arte de las iglesias de Sangüesa”, Príncipe de Viana (1990), p. 821

OLMOS Y CANALDA, E., Los prelados valentinos, Madrid, Instituto Jerónimo Zurita, 1949, pp. 300-307

PEÑA, M., “Ágreda 1808-2008. En la invasión napoleónica”, Programa de fiestas de Nrª Srª de los Milagros, 2008, s/p.

VILLERINO, A. de, Esclarecido solar de las Religiosas Recoletas de Nuestro Padre San Agustín y vidas de las Insignes hijas de sus conventos, vol. II, Madrid, Imprenta de Bernardo de Villa Diego, 1691, pp. 132-133

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