Repor_Alumnos_Internacionales

ESPECIAL CORONAVIRUS | 25.5.2020

Amar, perseverar, crecer

Los alumnos internacionales de la Universidad narran su experiencia de confinamiento en España

"Nunca imaginé que duraría tanto"

“Nunca imaginé que duraría tanto”, coinciden los alumnos de la Universidad provenientes de diferentes países al recordar el comienzo de casi dos meses del confinamiento en España, lejos de sus familias y con la incertidumbre que pisaba sus planes y proyectos. Sally, Abraham, Madeleine, Denisse, Diego, Helia Daniela, Sara… cuentan aquí su experiencia con los nuevos métodos de docencia, con los exámenes no presenciales, con el confinamiento lejos de su casa y sin el abrazo de sus familias. En este reportaje compartimos sus historias, sus miedos, inquietudes y desafíos que han afrontado en las últimas semanas.

Este año la Universidad acogió a 3.741 alumnos internacionales. Muchos de ellos no pudieron volver a sus casas cuando empezó la crisis del coronavirus, y las razones suelen ser comunes. “No vi la magnitud de la situación a tiempo y cuando finalmente me decidí por volver a Ecuador, ya era tarde”, recuerda Sally Tabares, alumna ecuatoriana de 3º de Periodismo Bilingüe. No obstante, muchos estudiantes internacionales enfrentaron el confinamiento como una oportunidad para seguir adelante con los estudios aprovechando nuevas formas de docencia, desarrollar hábitos de trabajo, fortalecerse en la constancia y ser más generosos con los demás, sacar adelante los proyectos personales y aprender cosas nuevas.

Sara Popa (3º ADE Bilingüe)

Sara Popa (3º ADE Bilingüe) | Imagen cedida

En la Universidad, uno de los retos de la cuarentena ha sido afrontar el cambio a los estudios a distancia y se ha conseguido completar el 100% de la docencia prevista. Sara Popa (3º ADE Bilingüe) ya había vivido una situación similar durante su estancia de intercambio en Hong Kong, el pasado semestre. Las protestas y los disturbios obligaron entonces a suspender las clases. Sara tuvo que volver a su casa y terminar el semestre a distancia y la situación se repitió cuando llegó a Pamplona para cursar el segundo semestre y la Universidad cerró sus campus por la pandemia. Pero Sara ya estaba preparada para la metodología docente nueva.

Abraham Valera (4º Comunicación Audiovisual)

Abraham Valera (4º Comunicación Audiovisual) | Imagen cedida

Para el venezolano Abraham Valera (4º Comunicación Audiovisual) los estudios a distancia han sido una novedad positiva: la de “aprovechar en el sistema educativo todos los recursos y oportunidades que las tecnologías ofrecen hoy en día”. Abraham dedicó mucho esfuerzo a que el confinamiento no afectara al proyecto que desarrolla junto con sus dos compañeros de piso y de la universidad. “Los tres ―Virgilio González de Venezuela, Daniel Franco de Colombia y yo―, hemos creado Graviola, una editorial independiente enfocada a la publicación de autores latinoamericanos que emigraron a Europa”, explica.

Una nueva forma de vida

Sara Cardona, compañera colombiana de Abraham, no llevó tan bien el encierro en su piso y sufrió los efectos del confinamiento pasando por la ansiedad y las dificultades con las nuevas formas del estudio. “Mantener el orden cuando permaneces casi dos meses en el mismo espacio es muy difícil”, reconoce. Sara extraña mucho a su familia. Aunque las compañeras del piso se han convertido para ella en una fuente de gran apoyo y de amistad.

Madeline Lasota (2º Filosofía, Política y Economía)

Madeline Lasota (2º Filosofía, Política y Economía) | Imagen cedida

También Madeline Lasota (2º Filosofía, Política y Economía), alumna estadounidense, comparte la alegría de poder estar rodeada de buenas amigas y compañeras del colegio mayor donde se quedó para la cuarentena. “Nos cuidamos entre nosotras, hacemos planes comunes de estudio, así como de pasarlo bien”, cuenta. Dice que la cuarentena le ha ayudado a cumplir mejor los horarios y desarrollar hábitos que le han hecho crecer como persona. “Tomar unos ratos de silencio para reflexionar sobre uno mismo o sobre los objetivos alcanzados y a los que se pretende llegar ayuda mucho a no perder de vista lo importante, a pesar de las condiciones vitales del momento”.

Diego Ibazeta (3º Ciencias Económicas)

Diego Ibazeta (3º Economía) | Imagen cedida

El alumno peruano Diego Ibazeta (3º Economía) también encontró una forma de organizarse durante la cuarentena que le ha ayudado a terminar el semestre con buenas calificaciones. La clave, explica Diego, es alterar el trabajo y el descanso, sin olvidarse del ejercicio físico. “He aprovechado el confinamiento para aprender a cocinar algo elaborado e incluso estoy haciendo yoga, que, por cierto, resulta mucho más difícil de lo que parece”, se ríe.

El amor para el presente, la esperanza para el futuro

Pero muchos estudiantes reconocen que lo que más les haya ayudado a superar los momentos difíciles fue el cariño y el apoyo que recibieron de sus familias, aunque sea a distancia, y de los amigos que estuvieron cerca cuando más lo necesitaban.

Denisse Salvador (4º Marketing)

Denisse Salvador (4º Marketing) | Imagen cedida

Denisse Salvador (4º Marketing) decidió no tomar el vuelo a Ecuador cuando empezó la crisis tan solo tres días antes del viaje. Se quedó en Pamplona con la convicción de que de esta forma no pondría a sus seres queridos en el riesgo del contagio, aunque le preocupaba mucho tener que afrontar la soledad en un piso vacío. Por suerte, las compañeras con las que vivía también tomaron la decisión de quedarse. “La familia ha sido un pilar muy importante de apoyo en mi vida, y en esta época aún más”, confiesa Denisse. “Y el hecho de estar constantemente comunicados, mandando también fotos y videos, acorta la distancia que, a veces, se hace insoportable”.

Con el apoyo de sus seres queridos, Denisse se adaptó a los cambios en la docencia y consiguió avanzar muy bien con los estudios. “Al principio, me costó mentalizarme con que mi piso se convertiría no solo en lugar de descanso, sino también de estudio y concentración, en un espacio de ejercicio y, básicamente, en mi todo”, recuerda ella.

Hela Daniela Palacios, alumna de Erasmus

Hela Daniela Palacios, alumna de Erasmus | Imagen cedida

Y Hela Daniela Palacios, alumna colombiana de Erasmus que vino de la Universidad de La Sabana a Tecnun para cursar algunas asignaturas de Ingeniería en Organización Industrial, comparte su experiencia con los profesores, que, desde el inicio de la crisis, han estado muy pendientes sobre todo de los alumnos internacionales y les ofrecieron su apoyo. “Entre otras cosas, el Erasmus es una oportunidad hermosa de formar parte de una Universidad diferente. Decidí quedarme en España porque sentí que tal experiencia no acababa, que aún quedaba tiempo para aprovechar”, confiesa la alumna.

Entre los familiares, profesores y amigos de intercambio, Hela se siente cuidada y apoyada. Reconoce que la compañía de estos últimos es un regalo en la situación actual, “porque ahora somos lo más cercano que tenemos”.


Viaje de regreso a Bolivia

María Constanza Nieto (Comunicación Audiovisual)

María Constanza Nieto
(Marketing) | Imagen cedida

En el aeropuerto, de regreso a Bolivia

En el aeropuerto,
de regreso a Bolivia | Imagen cedida

María Constanza Nieto, estudiante de Marketing fue uno de los de los doce estudiantes que consiguieron regresar recientemente a Bolivia, después de haber pasado varias semanas de confinamiento en Pamplona. Llegaron en un vuelo que viajaba prácticamente a la mitad de su capacidad con 144 pasajeros de 270. Ahora reside junto a sus compañeros, estudiantes de Economía, Arquitectura, Derecho o Nutrición, en un hotel en Santa Cruz de la Sierra donde debe estar otros catorce días en cuarentena. Desde allí cuenta cómo vivió su confinamiento en España y el regreso a su país.

“Adaptarse a las clases on line cuesta. Extrañas las clases, a tus compañeros… pero la verdad que el esfuerzo de los profesores ha sido máximo. No tiene que ser nada fácil dar clase a ciento y pico estudiantes a través de una computadora y han hecho todo lo mejor posible”, indica Constanza, que confía también en tener un buen resultado después de sus exámenes. “Con la suspensión de las clases la situación era complicada pero muchos de nosotros decidimos quedarnos en Pamplona porque contábamos con la atención de la Clínica y eso daba tranquilidad a nuestras familias”, añade. Del confinamiento se queda con la amistad ya inquebrantable de tres amigas, de Brasil, Venezuela y de la propia Bolivia, con las que ha compartido tiempo de estudio, también recetas y ratos de ocio en casa.

“Cuando en abril supimos que ya no íbamos a volver al campus, surgió la oportunidad de regresar a nuestro país, gracias a todo el apoyo y generosidad de la Universidad, a la que estamos inmensamente agradecidos”, continúa. “Viajamos en un bus para nosotros solos hasta el aeropuerto de Madrid. Una vez allí, tuvimos que pasar un sinfín de protocolos, tomar todas las medidas de prevención, … ¡nos bañaron en desinfectante en varias ocasiones!”, recuerda riendo.

“En todo este proceso de confinamiento, el viaje de regreso y ahora la cuarentena no he tenido miedo, sí preocupación. Pero soy una persona creyente y creo que todo está en manos del Señor y Él sabe tomar en todo momento la mejor decisión para todos nosotros y para superar esta situación”.