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El monasterio de La Oliva

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Antigua cocina

El ala del norte se ha perdido casi por completo. Del calefactorium no queda nada. El refectorio se mantuvo en pie hasta ser volado a principios del siglo XX para utilizar su piedra como material de construcción. Nos queda su fachada al claustro y una parte de las ménsulas y arranques de arcos de su muro occidental.

Ese es precisamente el medianil que comparte con la cocina medieval, única sala conservada de esta parte del monasterio. Está situada en un lugar estratégico. Por un lado comunica directamente con el refectorio de los monjes; por otro está muy cerca de la antigua hospedería, bodega, cilla y dependencias de los legos, de tal forma que una única instalación satisfacía las necesidades todos los habitantes del cenobio. Como ya hemos observado en el claustro, los monjes del Císter necesitaban que los conversos vivieran en el monasterio, aunque debían estar radicalmente separados de ellos. El papel de los legos en cuanto a la explotación agrícola de las granjas y el trabajo en los talleres era fundamental para la propia vida y desarrollo de las abadías cistercienses. Las huellas de vanos y estructuras arquitectónicas presentes en el muro occidental de la cocina, la propia escalera angular, parecen constatar la presencia, en el ángulo noroccidental del claustro, del refectorio y el dormitorio de los legos, ambos lamentablemente perdidos.

Su definición interna se divide en dos tramos rectangulares, cubiertos por bóvedas de arcos cruzados de sección cuadrada. Apean sobre seis ménsulas cónicas con decoración vegetal de cuatro hojas lisas realzadas con una doble línea incisa. Concuerdan perfectamente con los de los soportes de la capilla de San Jesucristo, por lo que sus cronologías pueden ser parecidas. Los dos hastiales conservan un gran vano central, de medio punto y abocinado, que debían servir para evacuar los humos y gases. No sabemos dónde se encontraba el hogar. Sobre el muro sur se observa un rectángulo de sillares enrojecidos por el fuego; sin embargo, dados los sucesivos cambios de uso  de la sala (llegó a utilizarse como fragua) no se puede afirmar si allí se encontraba el fogón medieval.

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