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Las iglesias del Renacimiento en el valle del Baztan

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Iglesia de San Lorenzo de Ziga

Desde época medieval Ziga contaba con una iglesia parroquial bajo la advocación de san Lorenzo, erigida en el mismo solar que ocupa la actual, en la zona más elevada del pueblo. El aumento poblacional experimentado en la primera mitad del siglo XVI motivó la construcción de un nuevo templo de mayores dimensiones, siguiendo la traza facilitada en 1569 por Juan de Villarreal, veedor de las obras del obispado de Pamplona. De la fábrica se encargaron el cantero Pedro de Oiz, oriundo de Gartzain, y su hijo Martín de Oiz, quienes trabajaron en la misma en la década de 1570, sucediéndoles a partir de 1580 Martín de Urrutia. La llegada del nuevo abad, Miguel de Jáuregui, rector de Ziga y arcipreste del Baztan, y su generosidad económica para con la empresa constructiva, adelantando el dinero necesario, propició un fuerte impulso a la obra que desde 1591 fue acometida por el hijo del anterior maestro, Juan de Urrutia, de acuerdo a un nuevo diseño gráfico que éste tenía en su poder. La iglesia estuvo concluida en su mayor parte para agosto de 1603, cuando fue supervisada y tasada por el veedor del obispado Francisco Palear Fratín y el cantero Juan de Garaicoechea. A lo largo de los siglos del Barroco el templo sufrió nuevas intervenciones a nivel de cubiertas y pavimentado del suelo, quedando el aspecto actual de la iglesia configurado a finales del siglo XVIII con la adición de un procesionario y una escalinata de acceso.

El templo presenta una planta de cruz latina de una sola nave, con el crucero poco marcado, coro alto a los pies y cabecera recta, a la que se adosa por el sur la sacristía. Al interior muestra un espacio unificado, con muros perimetrales de gran sobriedad arquitectónica, enlucidos, recorridos en la parte superior por una moldurada cornisa pétrea. La nota singular del edificio la encontramos en el abovedamiento de la cabecera, cuyo ábside es volteado con una concha gallonada sobre dos pechinas aveneradas, a la que antecede un arco triunfal casetonado. Por su parte, el espacio central del crucero se cubre con una bóveda vaída a la que se superpone una sencilla bóveda nervada de terceletes pétreos, en la que se inscriben tres círculos concéntricos, mientras que los brazos del crucero y el resto de la nave lo hacen con bóveda de cañón.

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Estructuras arquitectónicas

aula_abierta_itinerarios_19_bibliografia

ECHEVERRÍA GOÑI, P. L. y FERNÁNDEZ GRACIA, R., “Arquitectura religiosa de los siglos XVI al XVIII en Navarra”, en Ibaiak eta Haranak, Guía del patrimonio histórico-artístico-paisajístico, t. 8, San Sebastián, Etor, 1991, pp. 175-216.

FERNÁNDEZ GRACIA, R., (coord.), ECHEVERRÍA GOÑI, P. L. Y GARCÍA GAINZA, M. C., El arte del Renacimiento en Navarra, Pamplona, Gobierno de Navarra, 2005.

GARCÍA GAINZA, M. C., ORBE SIVATTE, M., DOMEÑO MARTÍNEZ DE MORENTIN, A. y AZANZA LÓPEZ, J. J., Catálogo Monumental de Navarra, V*. Merindad de Pamplona, Pamplona, Institución Príncipe de Viana, 1994, pp. 285-422.

OMEÑACA SANZ, J. M., “La iglesia parroquial de Ciga en el Baztan”, Scripta Theologica, t. 16, 1984 / 1-2, pp. 543-552.

TARIFA CASTILLA, M. J., “Las iglesias de concha del Renacimiento en Baztan. Ziga, Gartzain y Lekaroz”, Ondare 27. Cuadernos de Artes Plásticas y Monumentales, San Sebastián, Sociedad de Estudios Vascos, 2009, pp. 333-405.

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