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Centrales hidroeléctricas en la cuenca del Bidasoa

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Central de Endarlaza

La central de Endarlaza se encuentra en el límite con Guipúzcoa junto al puente del mismo nombre. Puede distinguirse entre la tupida vegetación desde la vía verde del Bidasoa, que discurre al otro lado del río. Su presa de captación, hoy desaparecida, se hallaba a tan solo 350 metros aguas arriba, por lo que la infraestructura carece de cámara de carga y tubería forzada. Entró en funcionamiento en 1920 y en sus primeros años de existencia se dedicó al suministro de energía eléctrica a la ciudad de Irún, a los ferrocarriles de San Sebastián a Hernani y a la frontera francesa, y al tranvía entre Fuenterrabía e Irún.

Se trata de una de las pocas centrales en la que se tiene la certeza de que su casa de máquinas fue diseñada por un arquitecto, José María Martínez de Ubago Lizarraga (1877-1953), cuyo nombre figura en un pequeño letrero junto a la puerta de acceso. Formado en la Escuela de Arquitectura de Barcelona en los años de efervescencia del Modernismo, su trayectoria profesional se desarrolló entre Zaragoza, Pamplona y San Sebastián, en estrecha relación con su hermano Manuel, con quien colaboró, por ejemplo, en el monumento a los Fueros del paseo de Sarasate. En Navarra ocupó el puesto de arquitecto diocesano desde 1920 y en la capital guipuzcoana llegó a ser alcalde por el partido Radical entre abril de 1935 y enero de 1936.

Los trabajos más conocidos de los hermanos Martínez de Ubago se caracterizan por su estilo modernista y por el empleo de cubiertas de tipo exótico: actual escuela de música de Pamplona (1900) y pabellón de música de la Exposición Hispano-Francesa de Zaragoza (1908). En Endarlaza se emplea un remate con forma de pagoda en la torre que se levanta junto a la casa de máquinas. Martínez de Ubago aplicó a una central hidroeléctrica el modelo de casa con torre, propio de la arquitectura doméstica burguesa de la época. Con esta ingeniosa solución se proporciona una altura más que suficiente a la salida de las líneas aéreas de alta tensión que transportan la energía. El cuerpo principal del edificio, que aloja una sola turbina, tiene una cubierta a dos aguas y un frente con doble galería de ventanas culminadas por sendos rectángulos cerámicos azules, donde se exhibe la denominación de la sociedad promotora, Electra Endarlaza. El conjunto se encuentra encaramado en un talud sobre el Bidasoa recubierto de piedra rústica, en el que se abre el conducto de desagüe.

En 2016, como parte de los planes de recuperación del cauce del Bidasoa, se derribó la presa que derivaba el agua a la central, con lo que no podrá volver a producir electricidad. Desde entonces se ha producido un rápido proceso de deterioro que pone en peligro de desaparición a esta central de insólita arquitectura.

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Central de Endarlaza desde la vía verde del Bidasoa.

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