2019_12_12_FAR_Moreno_ciberobn

La doctora María Jesús Moreno Aliaga, directora de la línea de investigación “Nutrición y Metabolismo Molecular” del Centro de Investigación en Nutrición (CIN), participó el 20 y 21 de noviembre en el Simposio Anual del Centro de Investigación Biomédica en Red-Fisiopatología de la Obesidad y Nutrición (CIBEROBN). Impartió la conferencia “Efectos metabólicos de mediadores lipídicos derivados de los ácidos grasos omega-3 en los tejidos adiposos y la sensibilidad a la insulina en obesidad”. El simposio contó además con la presencia de los doctores Alfredo Martínez, Fermín Milagro y Santiago Navas.

Moreno Aliaga explicó en su presentación cómo la obesidad se asocia con el desarrollo de enfermedades metabólicas, incluyendo la resistencia a la insulina, la diabetes tipo 2, el hígado graso, complicaciones cardiovasculares e incluso ciertos tipos de cáncer. “La obesidad conduce a una disminución en la esperanza de vida al favorecer diversos procesos celulares que conducen al envejecimiento. Tanto el envejecimiento como la obesidad se han asociado con un estado inflamatorio crónico de bajo grado, el cual podría facilitar el desarrollo de resistencia a la insulina y otras alteraciones metabólicas asociadas”, explicó. De hecho, la inflamación asociada al envejecimiento (inflammaging) se ha considerado como un factor de riesgo para la mayoría de enfermedades relacionadas con la edad.

Varias investigaciones han puesto de manifiesto que la resolución de inflamación es un proceso activo que implica la producción de mediadores lipídicos pro-resolutivos de la misma, tales como lipoxinas, resolvinas, protectinas y maresinas. “Se ha sugerido que la inflamación crónica asociada a obesidad podría ser resultado de una producción insuficiente de estos mediadores lipídicos pro-resolutivos en tejidos metabólicos clave, especialmente en tejido adiposo y el hígado”, añadió.

“Por otra parte, numerosos estudios preclínicos e incluso clínicos han sugerido efectos beneficiosos de los ácidos grasos poliinsaturados omega-3, especialmente el EPA y DHA, en el desarrollo y función del tejido adiposo y en la prevención/tratamiento de la inflamación crónica asociada a la obesidad. En parte, estas acciones de los omega-3 se deben a que son precursores de algunos de estos mediadores lipídicos pro-resolutivos de la inflamación, los cuales tienen un efecto anti-inflamatorio mucho más potente que los ácidos grasos de los que derivan”.

María Jesús Moreno Aliaga concluyó que, por este motivo, estos mediadores lipídicos proresolutivos especializados podrían ayudar a reducir la inflamación del tejido adiposo, y contribuir así a las acciones beneficiosas de ácidos grasos omega-3 en obesidad y sus complicaciones metabólicas asociadas. En este contexto, estudios de diversos grupos de investigación han puesto de manifiesto la capacidad de algunos de estos derivados pro-resolutivos de los omega-3 como RvD1, RvD2 y PDX para contrarrestar la inflamación relacionada con la obesidad y la resistencia a la insulina en modelos animales de obesidad.